martes, 17 de marzo de 2009

La música ayuda a desarrollar habilidades para las matemáticas


Los chicos y chicas que estudian música desarrollan, a la vez, capacidades para la matemática. La relación entre estas dos disciplinas, en apariencia tan diferentes, fue demostrada por la Universidad Estatal de Ohio, EE.UU., en una publicación del “Journal Social Science Quarterly”. El estudio señala que tomar lecciones de música, tanto en la escuela como fuera de ella, e incluso haber frecuentado conciertos en la infancia, mejoran el desempeño en matemáticas, a la vez que elevan el interés por la lectura. “La música tiene una estructura matemática y las relaciones rítmicas son numéricas. Al ser un arte temporal, está medido. Si uno ve la sucesión de los acordes se da cuenta de que tienen una relación matemática”, explicó a http://www.lagaceta.com/ la pianista Graciela Aragón, coordinadora del nivel superior del Conservatorio de Música de la Provincia (Argentina).
Para estudiar música utilizamos la matemática, porque cada nota tiene un tiempo, y hay que sumarlo para armar los compases, antes de trasladarlos al instrumento”, agregó Marcia de Rayano, maestra de grado y de música. “Siempre me gustó la matemática”, admitió la docente, que estudia música desde los 11 años. La idea de que las habilidades expresivas y las racionales suponen capacidades muy diferentes y hasta contradictorias es una creencia muy común. Incluso se ve reforzada por la teoría de las diferentes funciones que cumplen los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro. Sin embargo, hay conexiones entre ambos. El hecho de que cada uno parezca estar especializado en un tipo de funciones más que en otras no significa que las emociones y la racionalidad sean independientes, aclara el estudio de Ohio. De hecho, hay neurobiólogos que dudan de que haya límites tan drásticos entre las funciones de un hemisferio y otro. Están más cerca de creer que hay interacciones entre las funciones cognitivas y emocionales como procesos que involucran todo el organismo. Esta línea de pensamiento fue reforzada por el descubrimiento de la “plasticidad neuronal”, fenómeno por el cual -contrariamente a lo que se creía hasta finales del siglo XX- las neuronas pueden regenerarse y modificar sus funciones originarias.
Los investigadores Darby Southgate y Vincent Roscigno cotejaron las relaciones que había entre los chicos y chicas que toman clases de música y sus calificaciones en materias lingüísticas y matemáticas. Así, encontraron que quienes estudiaban música acusaron un mejor rendimiento general en su nivel académico, especialmente en el nivel secundario.
Sin valor social: El hecho de que no haya más jóvenes que estudien música se debe a una subvaloración social de esta disciplina, opina la profesora Aragón. “Los chicos llegan al Conservatorio de la mano de sus padres, pero cuando se acerca el momento de elegir una carrera, la familia no los apoya. ‘Te vas a morir de hambre si te dedicás a la música’, les dicen. Por eso es que muchos estudian en el Conservatorio pero a la par de otra carrera. En ese sentido, no hay una valoración social por las artes. A la mayoría le parece muy bien que otros se dediquen a la música, pero no sus hijos”, puntualizó. La docente advirtió que las horas escolares de música no alcanzan para enseñar correctamente ese arte. “El currícula es demasiado extensa para la carga horaria. Los alumnos terminan aprendiendo la cantidad de sinfonías que compuso Mozart, pero no saben disfrutar de su música”, explicó.

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