Jesús Ildefonso Díaz es el creador e impulsor del Departamento de Matemática Aplicada de la Universidad Complutense y también lo es de la Sociedad Española de Matemática Aplicada. Ayer, en la conferencia que ofreció en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, explicó de qué forma las matemáticas rigen la naturaleza del agua, ya sea el desplazamiento de los casquetes polares, la aparición del arco iris o las leyes de la navegación.
-El mayor problema del agua es su escasez, ¿las matemáticas pueden solucionarlo?
-Las matemáticas pueden explicar el proceso de desertificación. El centro mundial de investigación sobre desertificación está en Almería. Yo participio en un programa europeo y en el equipo de Israel -que se considera europeo-, de la Universidad de Hebrón, hay un «superexperto» en desertificación. Ha definido unas curvas de aproximación, similares a las que se aplican con los icebergs, que se aproximan bastante a los ciclos de sequía. Las reglas matemáticas sirven para todo, para los deportes náuticos, por ejemplo. El equipo que ganó la Copa América, de Suiza, contrató a un matemático para analizar no sólo el movimiento de su barco sino cómo podía destrozar la estela del que fuera detrás. Ahí interviene la teoría de juegos Von Neumann.
-Las matemáticas lo son todo, en definitiva.
-Eso es lo que decía Galileo, que el mundo está escrito en lenguaje matemático. Con las matemáticas es posible acercarse bastante a la realidad, pero hay muchas cosas imprevisibles. No se puede ser muy exigente o se fracasará. Llegamos a la luna en el 69. ¿Sabe cuándo habían diseñado la trayectoria de ese viaje los matemáticos? En 1924. Las matemáticas ya podían hacerlo, pero se necesitaban avances tecnológicos.
-Parece ser que cada vez es más habitual encontrar matemáticos en las plantillas de todo tipo de empresas.
-Hace algo más de un mes «The New York Times» publicó una encuesta sobre cuál sería la profesión ideal, teniendo en cuenta el salario, el tiempo libre, el estrés, la gratificación y la satisfacción personal. Matemático era la primera. Siempre ha sido una formación muy demandada. En este país las matemáticas eran muy abstractas, pero eso ha cambiado. Ahora tenemos muy buenos matemáticos y, aunque en número nunca podremos llegar a competir con Estados Unidos, somos la décima potencia mundial en matemática.
-¿Qué país ocupa el primer puesto?
-Estados Unidos, con grandes salarios para sus matemáticos y fichajes internacionales. Francia tiene una tradición enorme, el Reino Unido, Alemania... Luego aparecieron los chinos, hay muchos y algunos muy buenos. Con ver la lista de la Medalla Fields ya se puede hacer una idea, no hay año que Estados Unidos y Francia no se lleven un par de medallas.
-¿Algún español en esa lista?
-Ninguno. Pero tenemos a Juan Luis Vázquez, de Oviedo, que es el único conferenciante plenario en los congresos internacionales de matemáticas. Él ya no puede optar a una medalla, porque se otorgan a menores de 40 años, pero hay chicos jóvenes. Ignacio Cirac, número uno en computación cuántica, es español y está instalado en Alemania, en la Universidad Marx Platz. Él también tiene discípulos muy brillantes. Hay mucha gente que promete, si ellos no consiguen llegar a lo más alto serán las generaciones siguientes. De todos modos, una medalla no es indicador del nivel general de las matemáticas en un país.
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