viernes, 22 de mayo de 2009

"El orden de las matemáticas tiene mucho que ver con la poesía"


El escritor oscense Carlos Castán le acompañó en una cita que le hacía especial ilusión: "Mi madre es de Berdún, y en un par de relatos aparecen pueblos de Huesca, aunque casi todos transcurren en Zaragoza", explica.
Las historias son diversas, pero les une la temática y el hecho de estar protagonizadas por personajes "un poco perplejos por la realidad, que afrontan ritos de la edad madura que al principio no saben interpretar muy bien". La aparición de la Física en algunos cuentos no es nada casual. "Estudié Ciencias Físicas, pero lo dejé en el último curso", justifica. Ante la sorpresa de quien a priori no ve relación entre ciencia y literatura, apunta que los escritores actuales se mueven bien en ambos terrenos. "Hay un movimiento de renovación con muchos escritores con vocación científica. Agustín Fernández Mayo es físico y Javier Moreno es matemático. Es curioso, porque, en principio, ciencia y literatura iban juntas", señala. "La ciencia, según como lo mires, es poesía pura. El orden extraño de las matemáticas, que abren más interrogantes de los que responden, tiene mucho que ver con la poesía", añade. Entre sus influencias, habla de Borges, Cortázar y Bolaño, como referencia clara en su forma de escribir.
"Órbita" se ha publicado en Candaya, "una editorial pequeña pero con mucho prestigio. Publica muy poco y trata de alternar escritores consagrados de América Latina poco conocidos aquí con autores españoles jóvenes y un poco arriesgados". En su caso, considera que el riesgo está en la dificultad de vender libros de cuentos, aunque reconoce que el género está de moda. "Se escriben muchos relatos, sobre todo gracias a Internet, pero otra cosa es el mundo editorial", considera.
La ilustración de la portada del libro recuerda a primera vista a un cráneo humano. "Es un Tac transversal, pero parece una calavera. Es una pieza de "Resonancia Warhol" de Nela Ochoa, una artista venezolana que en sus obras habla muchas veces de la violencia en América Latina y de la violencia. Me gusta además porque es muy pop", explica el escritor.
Miguel Serrano se niega a poner fronteras entre rima y prosa, y muchos han notado un fondo poético en los relatos de "Órbita". "Yo no distingo mucho entre géneros, me planteo una idea central, y luego el género viene solo. No diferencio mucho entre poema, relato o novela corta. Es todo literatura", opina.
A pesar de ser éste el cuarto libro que publica con sólo treinta y dos años, se considera "lento" a la hora de escribir. "Estos nueve relatos han supuesto diez años de trabajo. En realidad eran diez, pero uno de ellos era más humorístico, lo alargué y salió aparte". Se trata de "Un breve adelanto de las memorias de Manuel Troyano", novela que fue muy aplaudida por el mundo literario zaragozano en 2008.
Serrano tiene gran relación y admira a muchos escritores aragoneses, pero confiesa especial devoción por el barbastrense Manuel Vilas, que ha prologado su última obra. Casi todos sus amigos son poetas. "Hay mucho movimiento en Zaragoza en los últimos años", asegura.
Le alegra especialmente que muchos literatos latinoamericanos se hayan afincado en Aragón. "Son escritores como Dolan Mor, que nos dan a conocer a nuevos autores y aportan otra perspectiva porque ven la literatura aragonesa desde la distancia. Este mundo es muy endogámico y a veces pierdes la perspectiva".
En la foto: Carlos, Miguel y José María.

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