jueves, 28 de mayo de 2009

Evaluando Competencias en Castilla - León (España): Las abejas, los cilindros y el cuento de la lechera


¿Te sabes el cuento de la lechera? Sí, sí, el de aquella niña mona con cántaro en la cabeza que echa cuentas camino del mercado para cambiar la leche por huevos, los huevos por pollos, que serán luego lechón y después vaca y por último ternero. Lo tiene todo tan bien pensado la lechera, ya sabes,... que,... camino del mercado tropieza, destroza su cántaro, derrama la leche y sólo le queda, después de tantas cuentas y fantasías, su gozo en un pozo. Ése es el cuento de la lechera. ¿Te lo sabes? Pues los niños de cuarto de Primaria sí. También. Todos. Los 4420 vallisoletanos que estudian ese curso (restemos aquella minoría que no acudió ayer a clase, por ejemplo, por enfermedad) se sabe hoy el cuento porque su tutora, el maestro, la directora o la profesora se lo leyó ayer en la escuela. A las diez y media, aproximadamente. En todos los colegios de la provincia (y la región). «Llevaba en la cabeza una lechera el cántaro al mercado...»
Esta historia formaba parte de las pruebas que en sobre cerrado y con la firma de confidencial llegaron ayer por la mañana a los colegios. ¿El objetivo? Evaluar las competencias matemáticas y lingüísticas de los alumnos de 9 y 10 años. O dicho de otra manera, si son capaces de trasladar lo aprendido en clase a la vida cotidiana. Por ejemplo, ¿entienden los niños la moraleja del cuento de la lechera, que viene que ni pintado para estos tiempos de globos reventados y burbujas explotadas? ¿Son capaces de descubrir la avaricia, la ambición y mezquindad de la niña que va al mercado con un cántaro de leche y miles de pájaros en la cabeza?
Lo dirán los resultados, una vez que se hayan corregido las pruebas (hay siete días de plazo). De momento, ayer, a pie de pupitre, ya había algunas apreciaciones. «No lo han encontrado muy difícil», explicaba Carmen Pascual, directora del colegio Parque Alameda. Allí, veinte chavales han respondido a las cuestiones. Primero, durante 50 minutos, las relacionadas con las matemáticas. Quince minutos de descanso y, a continuación, las de competencia lingüística. «No se trata de hacer cuentas aisladas. Todas las preguntas tienen que ver con situaciones reales. Por ejemplo, con las figuras geométricas». ¿Saben los niños de cuarto de Primaria lo que es un cilindro? Pero también con otras cuestiones que hasta hace unos años eran habituales y hoy se han convertido en algo casi... inaudito. ¿Saben los niños, en estos tiempos de sms y mails, cómo escribir una postal? Mmmm.
«Imagina que estás ya de vacaciones en algún lugar que conoces y escribes una postal a quien tú quieras», dice el enunciado de la última pregunta del segundo examen. ¿Y a quién escribió un buen número de niños, muchos? ¡A sí mismos! Lo dice María Jesús Gómez, directora del colegio Miguel Hernández (Pajarillos) y lo corrobora Helena del Amo, directora del Margarita Salas (Arroyo).
«Les hemos repetido que tienen que leer muy bien el enunciado antes de contestar, que deben comprender lo que se les está preguntando», explica Gómez, quien entiende que la comprensión lectora es uno de los grandes problemas de los chavales. «Si han cometido fallos, quizá no es tanto porque no saben la respuesta, sino porque no han entendido bien la pregunta», añade. Y problema dos: «Les cuesta muchísimo la expresión escrita. Los niños leen mucho, es verdad, pero escribir les cuesta. Usan frases breves, apenas saben redactar», dice del Amo. Se ha demostrado, por lo visto, cuando se les ha mostrado la imagen de una abeja que debían describir. Y muchos ya había terminado con las alas y las antenas mucho antes de llegar a las diez líneas que la prueba ponía como referencia.
Las abejas, los cilindros y el cuento de la lechera... ¿Cuánto saben los niños de cuarto de Primaria? Ya han empezado las correcciones. Los resultados, en breve.

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