Una terraza repleta de juegos divertidos que encierran complejos teoremas, salas en las que decenas de chicos y grandes miden sus habilidades frente a juegos de lógica, conferencias de alto nivel académico y espectáculos en los que se mezcla la tecnología, la acrobacia y la aritmética son algunas de las propuestas que ofrece el Primer Festival de Matemáticas de la Ciudad, que concluye hoy en el Centro Cultural Recoleta.
El evento ha sido catalogado como "un éxito rotundo" por Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño, pero también por decenas de madres, padres y docentes que pululan por los pasillos del Centro Cultural. El éxito se traduce en cifras concretas: más de 20.000 visitantes habrán gozado de sus distintas ofertas cuando ayer cerró sus puertas hasta el año que viene. "Esta propuesta llegó para quedarse", subrayó Lombardi.
Todos estaban invitados a participar: Chicos de 9 a 100 años pueden divertirse con el tatetí gigante, el superjuego de la dama (basado en movimientos esenciales del ajedrez) o el clásico "pan y queso", pero sobre un moderno tablero de cinco metros de largo y con sus reglas modificadas para hacerlo más interesante. Todos los juegos fueron diseñados por el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y la realización estuvo a cargo de la Dirección de Festivales porteña.
El evento ha sido catalogado como "un éxito rotundo" por Hernán Lombardi, ministro de Cultura porteño, pero también por decenas de madres, padres y docentes que pululan por los pasillos del Centro Cultural. El éxito se traduce en cifras concretas: más de 20.000 visitantes habrán gozado de sus distintas ofertas cuando ayer cerró sus puertas hasta el año que viene. "Esta propuesta llegó para quedarse", subrayó Lombardi.
Todos estaban invitados a participar: Chicos de 9 a 100 años pueden divertirse con el tatetí gigante, el superjuego de la dama (basado en movimientos esenciales del ajedrez) o el clásico "pan y queso", pero sobre un moderno tablero de cinco metros de largo y con sus reglas modificadas para hacerlo más interesante. Todos los juegos fueron diseñados por el Departamento de Matemáticas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y la realización estuvo a cargo de la Dirección de Festivales porteña.
Pero no todo está dirigido a los chicos. También los que tengan conocimientos previos pudieron disfrutar de conferencias de alto nivel académico y de espectáculos visuales en los que se persigue "la delicada comunión entre ciencia y artes plásticas", tal como afirmaron responsables de la organización.
"Por un lado, apuntamos a tener matemáticos de primer nivel para que den conferencias para mostrar lo que es el estado del arte de la ciencia hoy y simultáneamente ponemos énfasis en la divulgación para aquellos que no tienen conocimientos pero les interesa y se entusiasman", aseguraron.
El éxito logrado en esta primera edición ha abierto una materia pendiente para el año que viene: encontrar un espacio más amplio para poder brindar más comodidad a la gran cantidad de visitantes.
Para ayer por la tarde, a las 19, se esperaba el gran cierre del festival con la conferencia de John Allen Paulos, profesor de matemáticas de la Universidad de Temple, Filadelfia.
Pero quizá quien mejor definió cómo repercutió el festival en la comunidad de las ciencias exactas fue el escritor y matemático Guillermo Martínez. "Gracias por darnos un lugar bajo el sol", le confió a Lombardi, luego de la exitosa presentación de su último libro, Gödel (para todos) anteayer, en la sala Cronopios.
"Por un lado, apuntamos a tener matemáticos de primer nivel para que den conferencias para mostrar lo que es el estado del arte de la ciencia hoy y simultáneamente ponemos énfasis en la divulgación para aquellos que no tienen conocimientos pero les interesa y se entusiasman", aseguraron.
El éxito logrado en esta primera edición ha abierto una materia pendiente para el año que viene: encontrar un espacio más amplio para poder brindar más comodidad a la gran cantidad de visitantes.
Para ayer por la tarde, a las 19, se esperaba el gran cierre del festival con la conferencia de John Allen Paulos, profesor de matemáticas de la Universidad de Temple, Filadelfia.
Pero quizá quien mejor definió cómo repercutió el festival en la comunidad de las ciencias exactas fue el escritor y matemático Guillermo Martínez. "Gracias por darnos un lugar bajo el sol", le confió a Lombardi, luego de la exitosa presentación de su último libro, Gödel (para todos) anteayer, en la sala Cronopios.
1 comentario:
Con una nutrida concurrencia de público finalizó ayer la primera edición del MatBaire 09, el festival de matemática organizado por el Ministerio de Cultura de la Ciudad, en donde se congregaron familias, curiosos y entendidos en ciencias exactas.
De acuerdo a fuentes oficiales, la cantidad de público que circuló por los patios del Centro Cultural Recoleta, recintos de conferencia y salas de espectáculo, durante los 4 días que duró la muestra, rondó las 30 mil visitas.
La conferencia de cierre estuvo a cargo de John Allen Paulos, profesor de matemática en la Universidad de Temple, Filadelfia y columnista de ABCNews.com. En su disertación Un matemático lee el periódico, analizó el componente numérico que encierra las noticias. Abordado con un lenguaje accesible que podía ser entendido por cualquier principiante.
Uno de los espacios de mayor concurrencia fueron las mesas de juegos de lógica, donde padres e hijos, amigos y parejas, ponían a prueba su capacidad de razonamiento. En total, había 41 desafíos distintos, desde Mancala, uno de los juegos más antiguos de la humanidad, que se remonta al antiguo Egipto; el caballito del diablo, en donde hay que intercambiar la posición de los equinos en un tablero, en el menor tiempo posible y Los cien barrios porteños, donde la regla es colocar fichas en los límites de cada distrito, sin que haya dos del mismo color que estén juntas.
Uno de los diseñadores de los contenido lúdicos fue Juan Carlos Pedraza, profesor del CBC en análisis matemático, quien explicó que "se trata de juegos de estrategia, muchos de ellos clásicos, en donde no interviene el azar". Y agregó que "es divertido observar que después de un rato de jugar, muchos chicos encuentran una lógica de movimientos y sin darse cuenta, empiezan a aplicar fórmulas matermáticas".
Para captar el interés de los más pequeños, en las terrazas había 15 gigantojuegos populares como El pan y queso, donde se juega sobre una fila de 15 baldosas en línea. Otra de las actividades fueron 7 películas y documentales, 12 funciones de teatro al aire libre, 55 murales con contenidos matemáticos y 13 conferencias de alto nivel académico.
Publicar un comentario