El Profesor Jose Luís Casas escribe en www.diariodecordoba.com el siguiente artículo que transcribo:
"¿Puede haber matemáticas en la literatura? La respuesta es sí, y uno de los muchos ejemplos que se podrían citar es el relato Libro de Arena , de Jorge Luis Borges. Narra la historia de alguien que se presenta como vendedor de biblias al protagonista. Cuando éste le cita los ejemplares que ya posee de esa obra, le responde que podía mostrarle un libro sagrado. Se lo ofreció para que lo viera, y le dijo que mirara bien la página por la cual lo abría, porque ya nunca la vería más. Y así fue. Ante su confusión, el vendedor le explicó que lo había cambiado por unas rupias y una Biblia, y que quien se lo vendió le dijo que se llamaba "el Libro de Arena, porque ni el libro ni la arena tienen ni principio ni fin". Era imposible encontrar la primera o la última página, y el vendedor le explicó: "El número de páginas de este libro es exactamente infinito. Ninguna es la primera; ninguna, la última", y a continuación añadió: "Si el espacio es infinito estamos en cualquier punto del espacio. Si el tiempo es infinito estamos en cualquier punto del tiempo". Adquirió el libro a cambio de dinero y de una Biblia, y en los días siguientes fracasó siempre que intentó buscar algo que ya hubiera visto antes, incluso anotó las páginas y las ilustraciones que encontraba, pero nunca se repetían. Soñaba con el libro, pensó en quemarlo, "pero --afirma-- temí que la combustión de un libro infinito fuera parejamente infinita y sofocara de humo al planeta". Al final decidió esconderlo entre los anaqueles de los novecientos mil libros de la Biblioteca Nacional.
El relato comenzaba en estos términos: "La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de plano; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes...". Así, el texto borgiano contiene un concepto del infinito, pero no el único posible, tal y como nos pueden explicar la filosofía, las matemáticas o ambas a la vez, pues, desde la perspectiva de la historia de la cultura, no cabe duda de que la realidad puede ser explicada e interpretada desde cualquiera de esas dos disciplinas. A quienes se inclinen por la defensa de las matemáticas como método interpretativo de la realidad, y por supuesto a todos aquéllos que no son capaces de ver la presencia de las mismas en nuestra vida cotidiana, les recomiendo el libro de Antonio J. Durán : Pasiones, piojos, dioses- y Matemáticas (Destino: 2009), cuyo atractivo no sólo reside en descubrir a lo largo de sus páginas el porqué de ese título tan sugerente, sino porque nos permite conocer que las matemáticas pueden ser definidas como "un campo de batalla donde luchan la prudencia y la pasión" y, sobre todo, porque nos conduce a descubrir lo que el autor denomina "irracional eficacia de las matemáticas", presente a lo largo de la historia, y en especial en algunos de los momentos más importantes de nuestro pasado más reciente. La cuarta y última parte de la obra, dedicada al infinito, puede ayudarnos a comprender el texto de Borges.
Confieso que he disfrutado muchísimo con la lectura de esta obra, porque en ella se corrobora que la historia de la cultura no se puede realizar sin tener en cuenta las matemáticas, porque en sus páginas encontramos la certeza de lo absurda que resulta, al menos en los etapas no universitarias, esa división académica que especializa en ciencias o en humanidades. Además, Antonio Durán nos da una lección de conocimiento, de sabiduría en el mejor sentido de la palabra. El próximo viernes día 22 hablará de su libro en el Instituto "Aguilar y Eslava" de Cabra, que hace unos años lo reconoció como alumno benemérito, y como presentadora actuará Carmen Calvo , también alumna benemérita del mismo centro. Si pueden, no se lo pierdan, y en cualquier caso, lean el libro, encontrarán respuesta incluso a algo tan cotidiano como saber a qué se debe el tamaño del rectángulo de nuestras tarjetas de crédito."
El relato comenzaba en estos términos: "La línea consta de un número infinito de puntos; el plano, de un número infinito de líneas; el volumen, de un número infinito de plano; el hipervolumen, de un número infinito de volúmenes...". Así, el texto borgiano contiene un concepto del infinito, pero no el único posible, tal y como nos pueden explicar la filosofía, las matemáticas o ambas a la vez, pues, desde la perspectiva de la historia de la cultura, no cabe duda de que la realidad puede ser explicada e interpretada desde cualquiera de esas dos disciplinas. A quienes se inclinen por la defensa de las matemáticas como método interpretativo de la realidad, y por supuesto a todos aquéllos que no son capaces de ver la presencia de las mismas en nuestra vida cotidiana, les recomiendo el libro de Antonio J. Durán : Pasiones, piojos, dioses- y Matemáticas (Destino: 2009), cuyo atractivo no sólo reside en descubrir a lo largo de sus páginas el porqué de ese título tan sugerente, sino porque nos permite conocer que las matemáticas pueden ser definidas como "un campo de batalla donde luchan la prudencia y la pasión" y, sobre todo, porque nos conduce a descubrir lo que el autor denomina "irracional eficacia de las matemáticas", presente a lo largo de la historia, y en especial en algunos de los momentos más importantes de nuestro pasado más reciente. La cuarta y última parte de la obra, dedicada al infinito, puede ayudarnos a comprender el texto de Borges.
Confieso que he disfrutado muchísimo con la lectura de esta obra, porque en ella se corrobora que la historia de la cultura no se puede realizar sin tener en cuenta las matemáticas, porque en sus páginas encontramos la certeza de lo absurda que resulta, al menos en los etapas no universitarias, esa división académica que especializa en ciencias o en humanidades. Además, Antonio Durán nos da una lección de conocimiento, de sabiduría en el mejor sentido de la palabra. El próximo viernes día 22 hablará de su libro en el Instituto "Aguilar y Eslava" de Cabra, que hace unos años lo reconoció como alumno benemérito, y como presentadora actuará Carmen Calvo , también alumna benemérita del mismo centro. Si pueden, no se lo pierdan, y en cualquier caso, lean el libro, encontrarán respuesta incluso a algo tan cotidiano como saber a qué se debe el tamaño del rectángulo de nuestras tarjetas de crédito."
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