Obra de un topógrafo, matemático, sociólogo, filósofo y reformador social, el plano de Cerdá resume una forma de concebir y estructurar racionalmente una urbe. El perfil señero y paradigmático de su autor corresponde al de un hombre representativo de su tiempo. Héroe de la era industrial —del llamado "siglo de los inventos"— que creía en el progreso y el poder transformador de la ciencia y de la técnica era un genio del urbanismo moderno, "como pudieron serlo entre sus coetáneos, Comte para el positivismo, Darwin para el evolucionismo o Carnot y Clausius para la termodinámica". Su enorme estatura intelectual y humana se agiganta cada vez más con el paso del tiempo y cobra la verdadera dimensión de un adelantado del urbanismo contemporáneo. Los grandes tratados sobre la ciudad moderna en alemán, inglés y francés son posteriores a su pionero libro, Teoría general de la urbanización (Madrid, 1867).
Ildefonso Cerdá (Centelles, 1815-Caldas de Besaya, 1876) fue un hombre de la nueva era industrial para el que, a la hora de trazar la trama urbana de una ciudad, primaba tanto la circulación y movilidad de los vehículos y de las personas como, por imperativos de la higiene, la amplitud de los espacios abiertos y verdes. Por ello, concibió el Ensanche de acuerdo a una geometría combinatoria y racional, propia de una ciudad igualitaria.
Bello y muy informativo
El plano combina, así, una gran belleza plástica con una ingente información topográfica y cartográfica de Barcelona, acompañada con datos estadísticos geográficos, físicos y climatológicos de la ciudad y censos de población, que incluyen gran cantidad de elementos descriptivos sobre características y hábitos de población. Los datos hacen referencia a los años 1849 y 1855 e insisten en la necesidad de reordenar y ampliar la ciudad. Este proyecto continúa la línea defendida por reformistas y liberales barceloneses, entre los que se encontraba el propio Cerdá, que reclamaban desde la década de los cuarenta del siglo XIX la demolición de las murallas que rodeaban la ciudad. Las razones, económicas, pero también de salud pública, que motivaron esta reivindicación son también parte fundamental del diseño del Ensanche proyectado por Cerdá.
El original, que conserva la Real Academia de Bellas Artes, es un plano a escala 1:5000, manuscrito en papel, de 1720 x 2610 mm, dividido en 36 hojas pegadas sobre tela, delineadas con tinta china negra y tintas rojas y azul, con aguadas verdes, azules, rosas, marrones y sienas. La firma autógrafa a tinta negra se encuentra en el ángulo inferior derecho: “Barcelona 19 de marzo de 1859. El Ingeniero Ildefonso Cerdá” (rubricado). En la parte inferior en el centro del plano y manuscrito a tinta sepia aparece la siguiente leyenda: “Aprobado por Real Orden de 7 de junio de 1859 con las modificaciones propuestas por la Junta Consultiva de Caminos, Canales y Puertos”, firmado: “Uría” (rubricado) y el sello del “Ministerio de Fomento”.



No hay comentarios:
Publicar un comentario