La prueba de matemáticas complicó a los profesores

Las largas filas en el exterior del Instituto Guayaquil (Ecuador) recordaban la época de matriculación escolar. Pero en esta ocasión no eran los padres de familia los que pugnaban por ingresar al plantel, sino los maestros que debían participar en la evaluación.
Hasta ese colegio guayaquileño llegaron 673 profesores para rendir las pruebas de conocimiento. Aunque ahí también se concentraron los dirigentes de la Unión Nacional de Educadores (UNE).
“Tienen nuestro apoyo, sabemos que viene aquí presionados”, les repetía a los maestros través de las rejas Mery Zamora, presidenta de la UNE.
“No quiero echar a perder los 43 años de trabajo”, comentó Elena Robayo mientras se registraba para ingresar al colegio. Detrás estaba Yoconda Recalde. “Estoy aquí por presión y por la amenaza de despidos”, recalcó.
En las 37 aulas se distribuyó a los docentes según el plantel donde trabajan. 17 maestros de las escuelas José Baquerizo Maldonado, Juan Gómez Rendón, escucharon al aplicador cuando explicaban que debían rellenar, con lápiz, los espacios de respuesta. “Tienen que rellenar el círculo de los contrario la prueba no vale”, señaló un joven que hizo el papel facilitador.
La prueba de conocimientos básicos tomó 90 minutos. En el aula 9, los nueve maestros de la escuela República de Bolivia iniciaron el proceso a las 08:00. Uno de ellos, sentado delante de la clase, sacó una lupa de su bolsillo para observar las preguntas. Dos bancos más atrás, una de sus compañeras repasaba una y otra vez los cuestionarios antes de escoger la opción correcta.
En otra de las aulas, en la planta alta del colegio, uno a uno los maestros entregaban la prueba. Rita Jaramillo fue una de las primeras. Ella es maestra de la escuela Mercedes Gómez Arosemena. “Nos preguntaron sobre trigonometría y ecuaciones como si fuéramos de colegio. Eso no corresponde a las clases para los niños de segundo a séptimo”, dijo al referirse a las preguntas de Matemáticas.
Su compañera Nancy Díaz también tuvo problemas con el cuestionario de esa materia. “A mis alumnos les doy la raíz cuadrada, proporciones geométricas, reglas de tres... Nada de eso preguntaron”, indicó.
Enriqueta Vaca coincidió con ambas docentes sobre la prueba de matemáticas. En la escuela Adolfo Fasio, sus compañeras repasaron durante un mes 256 ejercicios. “Sólo nos tomaron cuatro sobre lógico y algo de raíz cuadrada”. Lo que sí le pareció fácil fue la evaluación de lenguaje. “Nos preguntaron sobre las clases de sujeto y qué es una oración gramatical”.
Para Consuelo Escalante, docente de la escuela Juan Gómez Rendón, quienes rindieron las pruebas tuvieron poco tiempo para prepararse. Ella señaló que los instructivos, las preguntas modelos y la bibliografía recién se publicó en Internet el pasado martes. “En uno de los ejes habían 10 libros de referencia. ¿Cómo podíamos leerlos en tan poco tiempo?”.
A las 12:00, los maestros empezaron a salir de las aulas, luego de entregar los cuestionarios de Pedagogía y Didáctica. “Estoy estresada”, fue el primer comentario de una de las maestras de la escuela Raúl Clemente Huerta.
“Me duele la cabeza”, exclamó otra de sus compañeras luego de terminar la prueba. Ambas coincidieron en que el tiempo establecido para responder fue muy corto. “Había preguntas de doble sentido que debíamos leer y leer para entender”.
Según los datos preliminares del Ministerio de Educación, en Guayas debían presentarse a las pruebas 1 188 docentes. Pero se registraron 1 049. Mientras que en Guayaquil, rindieron la evaluación 673 educadores.
Los docentes que el año pasado participaron de la evaluación voluntaria también dieron la prueba de conocimientos. Aunque empezaron una media hora más tarde pues los ‘kits’ de evaluación llegaron atrasados. Aquellos docentes que dan clases en áreas técnicas y que se evaluaron de forma voluntaria sólo registraron su asistencia pues el material no estaba disponible.