viernes, 14 de agosto de 2009

En Venezuela, la Ley de Educación omite aspectos fundamentales


Esta ley se centra en explicar los fines del Estado en la educación, y no los fines de la educación”. Esta es la opinión del profesor José María Fernández con respecto a la Ley Orgánica de Educación (LOE). Fernández tiene más de tres décadas practicando la docencia en todos las niveles de la educación, así como estudiando la temática educativa. Contenido sobre el cual realizó un doctorado. Su experiencia académica también ha sido complementada con una extendida militancia en el partido La Causa R.
Pero estas reflexiones las hace desde la perspectiva de experto en pedagogía más que como vocero político. Para el momento de redactar esta nota la Ley Orgánica de Educación era discutida en la plenaria de la Asamblea Nacional para su aprobación definitiva.
Toda la ley debería establecer expresamente el objetivo de la educación. En el artículo 12 dice que es la ‘construcción social del conocimiento, yo pienso que el conocimiento fundamentalmente es un esfuerzo individual. Por lo tanto no aparece claramente establecido cuál es el objetivo de la educación, en cuanto a la difusión y creación de aprendizaje”, afirmó Fernández.

Tachan matemáticas y ciencia
Para Fernández la norma tiene fallos de forma y fondo. En cuanto a la estructura de los títulos, la ley antepone los valores de la educación, las atribuciones del estado docente antes que los fines de la educación. “Es una ley que estructuralmente está mal hecha. Carece de una parte fundamental que es la exposición de motivos”, añadió Fernández. Pero el académico señala que lo más preocupante de la LOE es su contenido, tanto lo que establece como lo que deja de decir. “En ninguna parte del texto aparece de obligatorio cumplimiento ni las matemáticas, ni las ciencias”, aseguró Fernández. En cambio la ley señala que son de obligatorio cumplimiento “la enseñanza del idioma castellano, la educación ambiental, la enseñanza del ideario bolivariano”.

Prosigue el docente destacando que las ciencias y matemáticas son fundamentales para la capacidad de los alumnos y alumnas para resolver problemas y en consecuencia contribuir al desarrollo del Estado. “Sólo citan las matemáticas de refilón, por carambola en la parte de los fines de la educación. Cuando dice que debe ‘desarrollar la capacidad de abstracción y el pensamiento crítico que incluye la formación en filosofía lógica y matemática”.
Fernández subraya la peligrosidad para la educación plural la imposición de textos escolares por el Ministerio de Educación. “Un artículo que es tremendamente peligroso, en el apartado de las funciones del Estado. En donde se establece la obligatoriedad de enseñar con los textos escolares y programas didácticos que seleccione el Ministerio de Educación”.

En cuanto al “estado docente”, Fernández explica que no es una atribución nueva y que en todos los países del mundo se aplica en cierta medida. Pero en Venezuela el Estado extralimita sus funciones afectando el poder de decisión de instituciones educativas privada. “Cuando habla del estado docente, establece que el Estado planifica, ejecuta, coordina políticas y programas, es decir no le deja nada a nadie. Porque hasta la ejecución la deja al estado docente”.

El profesor universitario considera un error la pretensión de cargarle a las escuelas la misión de producir para el “desarrollo endógeno". Refiere que Cuba intentó aplicar un modelo similar de producción agrícola en las aulas, pero demostró ser un fracaso, lo que los ha llevado a eliminar esas exigencias. “La razón de la escuela, que es la de aprender, se pierde. La ley dice que la escuela no es para aprender, aquí dice que la escuela es para producir el desarrollo endógeno. Ahí en esa nueva escuela se mete un arroz con mango”, sostiene Fernández.

Otro aspecto preocupante para Fernández es lo que llama la injerencia de actores externos a la comunidad educativa, tradicionalmente compuesta por alumnos, profesorado o maestros y los padres y representantes. “¿Un consejo comunal es un agente de la educación? Y por qué no un sindicato, por qué no un partido político. El consejo comunal no es un actor de la educación”, afirmó Fernández. En dado caso, Fernández plantea que los consejos comunales contribuyan a las labores de mantenimiento de los centros educativos, algo muy diferente a incluirlos en la coordinación de los asuntos educativos. Lo que ya estaría ocurriendo, informó Fernández. Ha recibido informaciones de que en los planteles de Ciudad Guayana los consejos comunales han nombrado profesores, coordinadores o supervisores. Incluso hasta el punto de revisar las notas para la entrega de los títulos a los bachilleres.

En un análisis de cifras oficiales obtenidas del Ministerio de Educación y del Instituto Nacional de Estadística, José María Fernández concluye que la “educación en Venezuela y Guayana deja mucho que desear”. Estos son los datos para el municipio Caroní.

Escolaridad

Preescolar: 47%

Primaria: 84%

Secundaria: 63%

Desescolaridad

Preescolar: 29986 niños y niñas

Primaria: 17610 personas

Secundaria: 34820 jóvenes

Total: 86016 personas

Tasa de alumnos que no aprueban el bachillerato: 43%.

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