domingo, 5 de junio de 2011

Olimpíada de Matemática de Casavalle (Montevideo, Uruguay)


El libro Olimpíada de Matemática no es un texto de estudio. Es el testimonio de la Olimpíada Matemática de Casavalle que desde hace cinco años organiza el Centro Educativo Los Pinos, dirigida a escolares.
La actividad comenzó en 2006 con nueve escuelas de la zona de Casavalle y 186 niños y niñas, pero su resultado fue tan positivo que año a año fue creciendo. En 2010 participaron 47 escuelas y 7884 jóvenes. Este año participan 79 escuelas de 27 barrios de Montevideo y 12012 niños y niñas. Son casi la tercera parte de las escuelas de Montevideo.
El objetivo de estos encuentros es estimular el gusto por la matemática mostrando una visión complementaria a la que se suele dar en la escuela.
"Se trata de romper con esa visión negativa que existe de la matemática de la cual muchas veces somos responsables los profesores, y hace que los niños lleguen al liceo con mucho temor por esta asignatura", explica Gustavo Bentancor, profesor del Centro Educativo Los Pinos y autor del libro Olimpíada de Matemática - Bitácora de Casavalle. Bentancor sostiene que hay una manera distinta de ver la matemática que es a través del juego donde todos pueden participar, porque tengan o no tengan fortalezas todos son capaces de trabajar en actividades que tengan matemáticas. "A los niños yo les pongo un ejemplo: A mí me invitan mis amigos a jugar al fútbol el domingo y yo voy, aunque yo soy muy malo jugando al fútbol. Y les pregunto ¿por qué creen que voy? Porque comparto cosas y paso un momento que me agrada, porque conozco un lugar diferente. Porque uno puede formar parte de una actividad aunque no tenga fortalezas", agrega el profesor.
En marzo de cada año comienzan una serie de talleres informativos que tienen lugar en el local del Centro Educativo Los Pinos ubicado en Casavalle. En ellos participan niños y niñas que fueron elegidos por sus maestros ponderando su cualidad de buenos comunicadores; no tienen por qué ser buenos en matemáticas. "En los talleres nosotros informamos a esos niños y ellos llevan el material a sus escuelas y cuentan a sus compañeros de qué se trata la competencia. Ahí arranca la olimpíada en la escuela. Ellos son los multiplicadores", explica Bentancor.
En los meses de abril, mayo y junio de cada año, los niños participan en cuatro encuentros: primera instancia, segunda instancia, instancia semifinal e instancia final. Las dos primeras se desarrollan en las escuelas y la participación es en equipos. Las últimas dos instancias tienen lugar en el Centro Educativo Los Pinos. Participan niños de 4to., 5to. y 6to. de escuela. Actualmente, la competencia se encuentra en la instancia semifinal. Ya se presentaron 1200 chicos y chicas y se espera llegar a 1800 el martes, día en que culmina esta etapa. Se prevé que en la instancia final quedarán unas 500 niñas y niños y se desarrollará entre el 14 y 16 de junio. La Olimpíada culmina el 23 de junio con una entrega de reconocimientos a los niños, a las maestras y maestros y a las escuelas por su participación.


A los organizadores de la Olimpíada Matemática de Casavalle les interesa "que la actividad tenga un carácter social importante", señala Bentancor. "Colgamos fotos de los eventos para que los niños se vean, se reconozcan, que sientan que es una actividad positiva y gratificante para ellos. Ellos tienen mucho para aportar. La idea es que sea una experiencia positiva para todos" agrega el profesor.
En la actualidad la Olimpíada Matemática de Casavalle cuenta con el aval logístico de Primaria, pero para seguir creciendo se necesita apoyo económico. "Por ejemplo, el año pasado nos ayudó Banco República porque necesitamos movilizar a los niños, pagar horas extras a maestros, material, la confección de los problemas, hacer los diplomas que damos muchísimos para que los niños se sientan reconocidos. El año pasado también nos ayudó De Larrobla y Asociados, que es una empresa de software", explica Bentancor. También el año pasado las autoridades del Centro Educativo Los Pinos presentaron a la Agencia Nacional de Innovación e Investigación (ANII) el proyecto "Inclusión social a través de las matemáticas" y fue aprobado. Bentancor dice que de ese modo se logró obtener una partida importante de dinero que se destinará a la Olimpíada Matemática de Casavalle, con la condición de que a partir de febrero de este año se alcancen dos objetivos: extender la olimpíada a 10000 niños (ya tienen 12012), y el segundo es elaborar una plataforma informática donde niños y maestros, a través de las Ceibalitas, accedan a contenido sobre matemática para la Olimpíada y para utilizar en la clase como un apoyo para los niños. "Siempre en la misma temática que es resolución de problemas. Esto ya lo tenemos casi pronto. Ya hay 448 maestros ingresando sus datos para obtener su clave de seguridad, y ellos van a ingresar a sus alumnos que podrán acceder a un material muy variado", señala Bentancor.
Los organizadores de la Olimpíada Matemática de Casavalle se proponen utilizar los problemas de matemáticas como verdaderas herramientas de trabajo, utilizar las preguntas que ellos generan y los procesos que en ellos se formulan para su resolución. De este modo, resolver problemas no es un fin en sí mismo sino una herramienta, una manera de enseñar y de aprender matemática, extensible a todas las ramas del conocimiento.
Paulo Abrantes, profesor de la Universidad de Lisboa, sostiene que el trabajo sobre las matemáticas en la escuela debe estar precedido por un ambiente de resolución de problemas.
"La Olimpíada de Matemáticas también pretende dar oportunidades. Sabemos que no todos van a llegar pero también abre puertas para aquellos que pueden avanzar. A todos les aporta algo", dice Bentancor, quien también valora como positivos e importantes otros aspectos de estos encuentros.


"Estos encuentros que implican ir a otro lugar, viajar en ómnibus, conocer otros niños, trabajar con grupos de padres con otras realidades, son muy buenos para todos porque implican una apertura de cabeza. Solo el hecho de que los niños viajen 15 o 20 cuadras en ómnibus ya es positivo, porque hay que pensar que muchos de ellos nunca salieron de Unidad Casavalle. Con esta actividad, se sienten valorados de otra manera", agrega el profesor y pone como ejemplo el caso de Micaela. "Micaela fue al liceo N° 13 que está acá, en Casavalle, y que tiene mala fama. Allí hizo el ciclo básico, le fue muy bien, además avanzó muchísimo en la Olimpíada de Matemática y participó en la Olimpíada a nivel nacional, que está por encima de esta. En 2008, Micaela obtuvo la medalla de oro de 1er. año de liceo compitiendo con colegios privados como el British School y el Elbio Fernández. Ella participaba por el Liceo N° 13. Siguió avanzando, el año pasado, en 3ero. obtuvo la medalla de bronce también a nivel nacional, y este año ganó una beca de excelencia académica en el Elbio Fernández. Allí está haciendo 4to. año de liceo. Y vive cerca de aquí".
Adrián Calero es otro joven que se crió en la zona de Casavalle y cuya historia, según el profesor Gustavo Bentancor, sirve como ejemplo para demostrar los resultados positivos de las olimpíadas de matemática que desde hace cinco años tienen lugar en el Centro Educativo los Pinos. Cuando era niño, Calero participó en la Olimpíada Matemática de Casavalle obteniendo los mejores puntajes. Luego, obtuvo la medalla de bronce para Uruguay a nivel iberoamericano. Hizo el ciclo básico en el Liceo N° 8 y en 4to. año se presentó y obtuvo la beca de excelencia del Liceo Elbio Fernández donde terminó 6to. de liceo. "Ahora está en 2do. año de Facultad de Ingeniería. Y vive acá cerquita", señala Bentancor.

1 comentario:

Paula dijo...

Hola. Mi nombre es Paula Guerra. Soy profesora de matemática. Hace unos años que vivo en Arizona, y estoy por recibir mi doctorado en educación Matemática. Estoy muy interesada en este proyecto, no tenía idea de que existía. Me gustaría mucho ponerme en contacto con el profesor Bentancor. Sería posible conseguir su email?

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