martes, 2 de agosto de 2011

Becas HACER de la Ronald McDonald House Charities (R)


Para José Limón, un graduado de la secundaria Garfield, trasladarse desde el Este de Los Ángeles a la Universidad de Yale, marcará el primer gran paso hacia su sueño de convertirse en profesor de matemáticas. Pero el joven ya inició vocacionalmente su "carrera" creando en su último año de secundaria una tutoría para ayudar a muchos de sus compañeros que batallaban con esta asignatura. "Se llamaba el Club de matemáticas y yo era el presidente", dice el joven, orgulloso de haber podido ayudar a los entre 15 y 20 estudiantes que asiduamente acudían al mismo.
Esta gran idea, y sus ganas de ayudar a los demás, han sido además uno de los factores más influyentes para ganar una de las Becas HACER de cien mil dólares ofrecidas por Ronald McDonald House Charities® (RMHC®) a estudiantes hispanos.
"Gracias a ese dinero no tendré que pagar nada", explica Limón, indicando que tras la generosa ayuda financiera ofrecida por Yale, todavía tenía que desembolsar unos cinco mil dólares anuales, que planeaba conseguir trabajando.
Víctor Quiroz, propietario de seis restaurantes McDonald’s en el Condado de Los Ángeles, y presidente del programa de Becas HACER en el Sur de California, comenta que además de sus buenas calificaciones, el hecho de que Limón mantuviera abierto el Club de matemáticas tres días a la semana por todo un curso, fue determinante para otorgarle la ayuda.

"Yo también soy hijo de inmigrantes y gracias a diversas becas pude graduarme en USC", comenta Quiroz, señalando que las ayudas HACER premian la participación comunitaria.
Limón recibió la noticia de haber ganado esta beca, a la que optaron miles de estudiantes de todo el país, de los que sólo cuatro la consiguieron- justo el día antes de su graduación, convirtiéndose en uno de sus mejores regalos y un incentivo para seguir con sus planes. "Quisiera enseñar en un Colegio Comunitario y demostrar que de ahí también pueden salir estudiantes muy bien preparados en matemáticas", comenta el estudiante. Su pasión por el cálculo, y por promover la educación de muchachos latinos como él, hacen inevitable que muchos lo comparen ya con Jaime Escalante, el ilustre maestro de Garfield fallecido en marzo pasado y del que hemos dedo múltiples informaciones sobre él aquí, en el Noticiario MatemáticoLimón sonríe humilde ante la comparación, pero asegura estar convencido de que muchos más jóvenes podrían destacar en matemáticas si tuvieran "un poquito de ayuda". En Garfield, donde el 99% de sus más de 4300 alumnos y alumnas son latinos, sólo un 9% alcanzó el nivel de competencia o superior en matemáticas en el curso 2009-10, y apenas un 12% tomó al menos un curso avanzado (AP) de preparación para la universidad.En contraste, Limón tomó seis, y no recuerda haber obtenido nunca una calificación que no fuera "A" en matemáticas, ni en el resto de las asignaturas.
Pero indica con modestia que su historia no es muy diferente a la de otros chicos. "Mis padres son inmigrantes de Jalisco (México), no hablaban inglés, y no podían ayudarnos con la tarea", dice Limón, explicando que su primera gran mentora fue su hermana mayor, quien desde niño fue su maestra privada de matemáticas. Además, el joven se siente muy agradecido de maestro Mark Carrillo –quien hasta el año pasado enseñaba en Garfield, pero su puesto fue eliminado por razones presupuestarias, según explica Limón-. "El me permitió tomar Cálculo II por mi cuenta, aunque la escuela no ofrecía este curso", explica Limón, indicando que Carrillo le tomaba exámenes y ayudaba con lo que no comprendía para poder cursar independientemente esta asignatura. "Eso a la vez me permitía ayudar a los compañeros que venían al club en busca de explicaciones sobre Cálculo I", comenta Limón, quien ha terminado la secundaria con un grado promedio (GPA) de 4.45 puntos.

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