
A las puertas esperaban padres, madres y abuelos. Ascensión, Rosana y Dolores tienen en total cinco hijos distribuidos en primero, segundo y tercero de primaria. La primera estaba informada de la consulta, pero las otras dos desconocían el famoso cuestionario. Lo primero que hicieron fue leer las preguntas. Y les parecen bien. Aseguran que en el centro prácticamente se da todo en gallego, y los niños tienen problemas por ello. «Sobre todo en ortografía, a la hora de escribir empezaban a confundirse. Incluso sé de niños que no entendían los problemas de Matemáticas».
Para las tres mamás es primordial la consulta. Al tema de la segregación en aulas diferentes en función de la lengua son más reacias, sobre todo Rosana, que considera que no hay que llegar a esos límites. Apuestan por fijar porcentajes y no separar.
La postura más llamativa de los padres es la contraposición entre el gallego y el inglés, como si fuesen excluyentes. De hecho, son comunes las frases como «para mí el inglés es más importante que el gallego», «vivimos en España, pero hay que poder salir de aquí» o «cuando emigré, el que me abrió las puertas fue el inglés», dice un abuelo que espera por su nieta.
También insisten en el argumento de no imponer: «Al fin y al cabo tendrán que consultar en lugar de imponer». Conformes con la encuesta, solo se escuchaba alguna voz discordante. «Lo que me da miedo es que vendan que son muy demócratas con la encuesta y luego hagan lo que quieran», apunta un padre. En cuanto al modelo lingüístico a elegir, explican que si se mira hacia los países más avanzados para llevar a cabo otro tipo de proyectos, se haga también en estos casos con aquellos estados en los que hay dos lenguas cooficiales.
Carta a Feijoo: La consulta ha generado reacciones de todos los sectores. El Consello del Departamento de Filoloxía Galega de la Universidade de Santiago ha elaborado un escrito que enviará al presidente de la Xunta, así como a la Presidenta del Parlamento, el Conselleiro de Educación y el Secretario Xeral de Política Lingüística. Manifiestan una «fonda preocupación» por la situación del gallego y por medidas que transmiten a la ciudadanía «a idea de que a lingua galega non é nin necesaria nin útil».
No ha sido el único departamento de Filoloxía Galega en tomar esta decisión, ya que los 23 miembros de esta área en la Universidade de Vigo han remitido también un escrito denunciando la creación de un conflicto social inexistente en la lengua. Es curioso que este departamento es el que dirigía el actual secretario xeral de Política Lingüística, Anxo Lorenzo.



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