jueves, 16 de julio de 2009

En Catalunya (España), la maldición del Informe PISA


El año 2008 será recordado como un «annus horribilis» para la educación catalana. Le llovieron los suspensos -el primer varapalo fue el del Informe PISA (2006), le siguió el de la Fundación Jaume Bofill- y tuvo que lidiar con tres huelgas masivas en plena negociación de la nueva Ley Educativa de Catalunya, aprobada a comienzos de mes en el Parlament.
El informe de la OCDE, y después el de la Fundación Jaume Bofill, destaparon públicamente las carencias que ya se intuían en el sistema educativo autonómico. Catalunya quedó en mala posición en el ránking europeo en la mayoría de las competencias evaluadas (matemáticas, ciencias y comprensión lectora). Los resultados evidenciaron también que la integración del alumnado inmigrante en la red escolar pública sigue siendo para Cataluña una asignatura no resuelta.
El próximo informe de la OCDE (PISA 2009), todavía en fase de elaboración y cuyos resultados se harán públicos en septiembre del año próximo, no promete mejores resultados. Las autoridades educativas prevén que las conclusiones de este próximo barómetro europeo sean, si cabe, peores por un doble motivo de peso. En primer lugar, porque la temida prueba de comprensión lectora, en la que históricamente Catalunya ha obtenido los peores resultados, será la que tendrá más peso en esta convocatoria. Y en segundo, porque el censo estará totalmente actualizado y la inmigración tendrá mucho más peso en los resultados. «En esta próxima prueba, la comprensión lectora tendrá un peso del 60%, mientras que las matemáticas y las ciencias contarán sólo un 20%», avanzó, Joaquim Prats, responsable del Consejo de Evaluación del Sistema Educativo de Catalunya. Según el experto, el hecho de que esa prueba sea determinante podría influir negativamente en los resultados. «Lo que hay en estos momentos es la percepción de que los resultados pueden empeorar, aunque, insisto, sólo es una percepción», apuntó Prats.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Uno de los datos preocupantes que puso de manifiesto el anterior informe PISA (2006) fueron las desigualdades a nivel de competencias entre los alumnos autóctonos y los inmigrantes. Según datos facilitados por la Fundación Jaume Bofill, en base a los resultados del anterior informe de la OCDE, los alumnos inmigrantes obtienen alrededor de 70 puntos menos -38 puntos se traducen en un curso escolar- que los nativos en todas las áreas de competencia, lo que confirma que la desigualdad de oportunidades según el lugar de nacimiento es «muy elevada». De hecho, los datos del informe europeo la sitúan como la más elevada de la los 57 países de la OCDE.

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