¿Conoce a José María de Odriozola? Seguro que no. Aunque fue académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de la de Ciencias Exactas. Aunque participó en la Guerra de la Independencia y dirigió el primer instituto creado en Gipuzkoa. Aunque escribió libros científicos que anunciaron los grandes cambios del siglo XIX, había quedado sepultado por el olvido. Hasta que Julián Serrano, profesor de Matemáticas retirado y organista en Zestoa, ha escrito el libro "José María de Odriozola y Oñativia (1782-1864). De las bellas artes a las ciencias matemáticas y físicas", publicado por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.
En http://www.diariovasco.com/ le hacen la siguiente entrevista que transcribo:
- ¿Cómo se puso a investigar esta figura desconocida?
- Vivo en Zestoa y suelo escribir en la revista local Danbolin. El director de la Casa de Cultura me comentó que yo, como profesor de Matemáticas jubilado, tendría que escribir algo sobre un matemático nacido en Zestoa, en el barrio de Aizarna, que había vivido en el siglo XIX, un tal José María de Odriozola y Oñativia, del que yo no conocía nada. Primero no encontraba nada sobre él y enseguida me vi enfrascado en el proyecto de recabar toda la información posible sobre su trayectoria vital.
- ¿Cómo lo consiguió?
- Investigando durante casi tres años, con la ayuda de Harbil Etxaniz, una persona muy culta además de mi mujer, empezando en internet y siguiendo en muchos archivos. En el Archivo Diocesano encontramos el registro de su bautismo. En el Archivo Histórico de Zestoa hallamos un documento de hidalguía que indicaba que los Oñativia vivían en la casa solar Chiriboga, de los marqueses de Valmediano. Los archivos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el militar del Alcázar de Segovia y el de la Real Academia de Ciencias Exactas, fueron claves para completar su vida.
- ¿Cuál es el secreto para que un chaval de una familia modesta de Zestoa viajase a Madrid para ingresar en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de San Fernando?
- Era una de las incógnitas. Hasta que descubrí en la partida de bautismo de un hermano suyo que su tío era abogado de los Reales Consejos de Madrid. Sin duda influyó para que al menos José María de Odriozola y un primo suyo entrasen en la Academia al acabar la Primera Guerra de la Convención.
- ¿Por qué debemos recuperar la figura de este zestoarra?
- Los acontecimientos y la evolución de las ciencias han ocultado a Odriozola, le han sacado de los libros de texto. Pero por medio de su persona podemos revivir la historia política y científica del siglo XIX. Él supo evolucionar desde una formación básica como pintor, pasando a convertirse en un excelente divulgador de las matemáticas y de la física, hasta terminar siendo un experto en tecnologías básicas para aplicarlas en la industria. Fue el director del primer instituto creado en Gipuzkoa, el de Bergara, y se movió en una línea, la de la Real Sociedad Bascongada, de trabajar por el país, mejorar su industria, incidir en la formación.
- Odriozola y Oñativia ha quedado como un hombre sin rostro.
- Sí, no existe ningún retrato suyo. Creo que debido a sus heridas de guerra. Seguramente tendría muchas marcas.
- ¿Qué rasgo le define mejor?
- Odriozola es un superviviente nato, un hombre que fue superando sucesivas crisis personales y de las circunstancias históricas que le tocó vivir. Primero, el salir de un pueblo pequeño para empezar una nueva vida en Madrid. Cuando estaba a punto de obtener el título de Académico de Mérito de San Fernando, los franceses entran en Madrid en 1808 y se apunta a los Voluntarios de Borbón. La guerra, que pensaría que acabaría pronto, se convirtió en un continuo sobresalto de seis largos años. José María de Odriozola y Oñativia es un superviviente a las heridas físicas que le produjo la guerra, puesto que fue gravemente herido en Cádiz, y también a sus consecuencias políticas. Posteriormente fue desterrado por el rey Fernando VII durante cuatro años debido a sus ideas liberales. Hasta que fue rehabilitado, le acogió el duque de Saceda en el Nuevo Baztán. Odriozola era tan ingenioso que para no suponer una carga vendía lo que cazaba para comprar libros y papel, y él mismo fabricaba tinta con una planta de la familia del sauco.
- En esa época empezó a escribir sus libros científicos. ¿Qué valor real tenían?
- Libros suyos como Curso completo de Matemáticas Puras, del que se publicaron numerosas ediciones, Tratado elemental de Mecánica o Mecánica aplicada a las máquinas operando se utilizaban en las escuelas militares y en los incipientes institutos. Odriozola, más que un innovador, es un divulgador, un recopilador de todo lo que se conocía hasta entonces. En algunos aspectos iba por delante de los propios medios tecnológicos. Consiguió permiso para viajar durante tres años por Europa, donde visitó tanto centros militares como academias científicas. Volvió con la idea de que la industria debía estar bien preparada. En Mecánica aplicada a las máquinas operando ya avanza un concepto que después llamaríamos productividad.
- ¿Tenía vocación militar?
- En él la carrera militar fue circunstancial. Era un hombre de ciencia al que su vida en el ejército, en el que dada su longevidad llegó hasta brigadier de Artillería, le permitió dedicarse a publicar libros y a ser profesor.
- Y dirigió el Instituto de Bergara.
- En 1840 se reúnen las Juntas Generales de Gipuzkoa en Zestoa y deciden impulsar el resurgimientos de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País y la reapertura del primitivo Seminario de Bergara. Recurren al veterano Odriozola para organizar el programa de estudios y dirigir lo que sería el primer instituto de Gipuzkoa.
- Vivo en Zestoa y suelo escribir en la revista local Danbolin. El director de la Casa de Cultura me comentó que yo, como profesor de Matemáticas jubilado, tendría que escribir algo sobre un matemático nacido en Zestoa, en el barrio de Aizarna, que había vivido en el siglo XIX, un tal José María de Odriozola y Oñativia, del que yo no conocía nada. Primero no encontraba nada sobre él y enseguida me vi enfrascado en el proyecto de recabar toda la información posible sobre su trayectoria vital.
- ¿Cómo lo consiguió?
- Investigando durante casi tres años, con la ayuda de Harbil Etxaniz, una persona muy culta además de mi mujer, empezando en internet y siguiendo en muchos archivos. En el Archivo Diocesano encontramos el registro de su bautismo. En el Archivo Histórico de Zestoa hallamos un documento de hidalguía que indicaba que los Oñativia vivían en la casa solar Chiriboga, de los marqueses de Valmediano. Los archivos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, el militar del Alcázar de Segovia y el de la Real Academia de Ciencias Exactas, fueron claves para completar su vida.
- ¿Cuál es el secreto para que un chaval de una familia modesta de Zestoa viajase a Madrid para ingresar en la prestigiosa Academia de Bellas Artes de San Fernando?
- Era una de las incógnitas. Hasta que descubrí en la partida de bautismo de un hermano suyo que su tío era abogado de los Reales Consejos de Madrid. Sin duda influyó para que al menos José María de Odriozola y un primo suyo entrasen en la Academia al acabar la Primera Guerra de la Convención.
- ¿Por qué debemos recuperar la figura de este zestoarra?
- Los acontecimientos y la evolución de las ciencias han ocultado a Odriozola, le han sacado de los libros de texto. Pero por medio de su persona podemos revivir la historia política y científica del siglo XIX. Él supo evolucionar desde una formación básica como pintor, pasando a convertirse en un excelente divulgador de las matemáticas y de la física, hasta terminar siendo un experto en tecnologías básicas para aplicarlas en la industria. Fue el director del primer instituto creado en Gipuzkoa, el de Bergara, y se movió en una línea, la de la Real Sociedad Bascongada, de trabajar por el país, mejorar su industria, incidir en la formación.
- Odriozola y Oñativia ha quedado como un hombre sin rostro.
- Sí, no existe ningún retrato suyo. Creo que debido a sus heridas de guerra. Seguramente tendría muchas marcas.
- ¿Qué rasgo le define mejor?
- Odriozola es un superviviente nato, un hombre que fue superando sucesivas crisis personales y de las circunstancias históricas que le tocó vivir. Primero, el salir de un pueblo pequeño para empezar una nueva vida en Madrid. Cuando estaba a punto de obtener el título de Académico de Mérito de San Fernando, los franceses entran en Madrid en 1808 y se apunta a los Voluntarios de Borbón. La guerra, que pensaría que acabaría pronto, se convirtió en un continuo sobresalto de seis largos años. José María de Odriozola y Oñativia es un superviviente a las heridas físicas que le produjo la guerra, puesto que fue gravemente herido en Cádiz, y también a sus consecuencias políticas. Posteriormente fue desterrado por el rey Fernando VII durante cuatro años debido a sus ideas liberales. Hasta que fue rehabilitado, le acogió el duque de Saceda en el Nuevo Baztán. Odriozola era tan ingenioso que para no suponer una carga vendía lo que cazaba para comprar libros y papel, y él mismo fabricaba tinta con una planta de la familia del sauco.
- En esa época empezó a escribir sus libros científicos. ¿Qué valor real tenían?
- Libros suyos como Curso completo de Matemáticas Puras, del que se publicaron numerosas ediciones, Tratado elemental de Mecánica o Mecánica aplicada a las máquinas operando se utilizaban en las escuelas militares y en los incipientes institutos. Odriozola, más que un innovador, es un divulgador, un recopilador de todo lo que se conocía hasta entonces. En algunos aspectos iba por delante de los propios medios tecnológicos. Consiguió permiso para viajar durante tres años por Europa, donde visitó tanto centros militares como academias científicas. Volvió con la idea de que la industria debía estar bien preparada. En Mecánica aplicada a las máquinas operando ya avanza un concepto que después llamaríamos productividad.
- ¿Tenía vocación militar?
- En él la carrera militar fue circunstancial. Era un hombre de ciencia al que su vida en el ejército, en el que dada su longevidad llegó hasta brigadier de Artillería, le permitió dedicarse a publicar libros y a ser profesor.
- Y dirigió el Instituto de Bergara.
- En 1840 se reúnen las Juntas Generales de Gipuzkoa en Zestoa y deciden impulsar el resurgimientos de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País y la reapertura del primitivo Seminario de Bergara. Recurren al veterano Odriozola para organizar el programa de estudios y dirigir lo que sería el primer instituto de Gipuzkoa.
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