
Hasta la campeona de la I edición de las Olimpiadas Nacionales de Economía, Laura Nievas, se mostró preocupada por el déficit público que acumulará España al terminar 2009. “No podemos tirar la casa por la ventana. Este déficit no es aconsejable porque nos condicionará cuando vuelva la bonanza”. Hablamos de una estudiante de Bachiller de Zaragoza que ha obtenido la mejor puntuación en las Olimpiadas de Economía para estudiantes de Bachillerato, desarrolladas por primera vez a nivel nacional durante la primera semana de julio en Valencia.
Se trata de un proyecto que se inició en la Facultad de Economía y Empresariales de la Universidad de Valencia hace siete años. El objetivo era fomentar el estudio de la Economía o Administración y Dirección de Empresas (LADE) entre los futuros universitarios y ahora estudiantes de Bachillerato de la enseñanza pública, siguiendo la misma línea de otras olimpiadas científicas como las de matemáticas, física o química, que tienen bastante tradición y éxito entre los alumnos. La novedad este año es la participación de centros de toda España. Antes hubo una fase local, con 14 Universidades participantes seleccionando tres alumnos para la fase final, más otros tres de las tres facultades gallegas. En la final, 45 alumnos se enfrentaban a un examen con preguntas sobre Microeconomía, Macroeconomía, Derecho Mercantil, contabilidad, y razonamiento de un artículo de prensa económica, en concreto sobre el cierre masivo de pymes.
Aunque los resultados no son públicos, la presidenta de la comisión directiva, María Luz Marco, profesora de Economía Aplicada en Valencia y especialista en LOGSE, asegura que “el nivel fue bueno”. Algo “esperable”, según comenta, ya que en economía o dirección de empresas suele haber buena base si la comparamos con otras disciplinas.
A partir de septiembre Laura Nievas estudiará Derecho y Dirección de Empresas en la Universidad pública de Zaragoza, después de superar Bachillerato con una media de 9,9 y selectividad con un 8. La recompensa por ganar la olimpiada es de 1200 euros. Interesada por la situación económica, comenta respecto a la recesión que “se tenían que haber controlado los precios del mercado inmobiliario, aunque no sea la única causa de la crisis”. También reflexiona sobre las medidas del Gobierno: “El Estado sólo tiene que intervenir en la economía para corregir los fallos del mercado”. “Y si se puede evitar el aumento del gasto público mejor, porque así no hay que subir los impuestos”, agrega. Contraria al déficit que según algunas previsiones alcanzará este año una cifra superior al 10% del PIB, considera la ayuda a la compra de coches como una medida “positiva a corto plazo en un sector con mucho empleo pero sin efectos a largo plazo”. Sin embargo, a diferencia de gran parte de los teóricos, es reticente a una profunda reforma del mercado laboral y abaratamiento del despido. “Empeorar las condiciones de los trabajadores supondría un descenso en la productividad”, concluye.
Las Olimpiadas: El proceso se inició con las matemáticas en 1884, en Hungría, y desde 1958 tienen el formato actual, con una prueba internacional tras una local en cada país, donde se seleccionan los mejores. Aunque España siempre sale mal parada de todos los informes sobre educación, y más aún en matemáticas, estas pruebas tienen gran acogida. Es más, el año pasado la Olimpiada Internacional de Matemáticas tuvo lugar en Madrid. El mismo éxito tiene también la Olimpiada de Física, en la que España participa desde 1989. Con el objetivo de llegar a la misma acogida entre los estudiantes nace la de Economía. Este año sólo en Valencia o Madrid participaron más de 200 alumnos.
El proyecto de las Olimpiadas de Economía sigue creciendo. Tras años celebrándose en el marco de las universidades de la Comunidad Valenciana e Islas Baleares, este año se ha hecho con la participación de 17 centros de toda España. El año que viene está confirmada también la participación de la Universidad de La Rioja, y se espera, desde la comisión directiva, que se unan muchas más. El año que viene la II edición de las Olimpiadas de Economía será en la Facultad de La Laguna, en Tenerife, tras una fase local en cada facultad durante el mes de abril. Cada Universidad se encarga de organizar y costear la fase local, y pagar una inscripción de 600 euros para la fase final, que se ha unido este año a los 9000 euros de ayuda de la Consejería de Educación de Valencia y a los 30000 euros de patrocinio de la Fundación Bancaja.
El objetivo es ambicioso a largo plazo. “Está en marcha la implantación en todo el territorio nacional”, explica María Luz Marco, una de las impulsoras de las olimpiadas. “Tenemos que establecer vínculos entre las facultades de economía, los centros de secundaria, los profesores y los alumnos”. El programa del que se examinan los alumnos es el de Bachillerato, y al que se enfrentan después en Selectividad. Además, dado que casi todos los participantes son de ciencias sociales, gran parte de ellos estudian después la licenciatura de Economía o LADE, o la diplomatura de Empresariales, “sobre el 90%”, según Marco. La Asociación Española de Economía (AEE) ha seguido muy de cerca la olimpiada. A través de ésta, y tras consolidar las olimpiadas en toda la península, la organización quiere ponerse en contacto con otras pruebas similares en el resto de Europa para llegar a acuerdos y poder hacer algo conjunto, como una Olimpiada Internacional de Economía.
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