martes, 25 de agosto de 2009

En Ibiza (España), un Agosto sin salir de clase,...


Para Laura, sentada en un pupitre del centro de la tercera fila, éste es el primer verano que tiene que pasar yendo a repaso. «Me gustaría más estar en la playa», confiesa mirando de reojo a Marina, que se sienta a su derecha. Las dos se ríen. Laura ha suspendido Catalán, Castellano y Matemáticas, pero confía en volver a su instituto, Nuestra Señora de la Consolación, y aprobar los exámenes de septiembre. Para Laura las clases de verano son diferentes. Al menos ella está en un centro diferente. No es el mismo al que acude cada día de invierno. Marina, en cambio, se conoce bien las instalaciones en las que sigue el programa, ya que es alumna de Sa Blanca Dona. Este año, sólo ha perdido de vista el centro unas semanas, desde que le dieron las notas hasta que comenzaron las clases de refuerzo.
A pesar de esto, ella está contenta. Le gustan más estas clases que las privadas que recibía otros veranos. «Aquí no te tienes que levantar tan pronto», comenta. A Julián no se le dan bien las lenguas. Le han quedado Catalán, Castellano y Francés. Cree que aprobará las dos primeras porque está yendo a clases varias veces a la semana, pero tiene muchas dudas en lo que al francés se refiere. «Aprobaremos», afirma convencido Alberto antes de que todos salgan pitando del aula para disfrutar del patio (eso no se perdona ni en las clases de verano) casi atropellando a los profesores.
Para ellos, el principal problema ha sido condensar en un mes y medio un temario que durante el curso ha llenado ocho meses de clases, según explica Maria Riera, coordinadora de ´Recupera´t a l´estiu´ en las Pitiusas. «Aquí va todo mucho más rápido», confiesa Joan Cardona quien, junto a Borja Jiménez (que también imparte Matemáticas) da las clases de catalán en Sa Blanca Dona. El calor y que los chavales están cansados después de todo el invierno de clases son otros de los impedimentos a los que se enfrentan, apuntan Irene Ayala, la Orientadora, y Anna Artina, la profesora de Lengua Castellana de las clases gratuitas de la Conselleria de Educación.
En las Pitiusas siguen el programa un total de 139 alumnos (47 en el Quartó de Portmany, 77 en Sa Blanca Dona y 15 en el Marc Ferrer de Formentera). De ellos, 84 son de primer curso de Secundaria y los 55 restantes, de segundo. Muchos de ellos acuden a clases de más de una asignatura ya que hay 88 matriculados en Catalán, 80 en Matemáticas y 61 en Castellano, según la Conselleria balear de Educación. «Tienen los exámenes el día 1, así que ya está todo hecho, estos días sólo estamos repasando y, en estos momentos, creo que ya podríamos decir quiénes van a aprobar y quiénes no», explica la coordinadora mirando el aula, completamente vacía, ya. María asegura que venir de diferentes institutos y conocer gente nueva hace que los alumnos se tomen las clases como algo que, a pesar de ser muy parecido a la rutina del curso, es algo diferente. «Se lo toman como una escuela de verano, en realidad», apuntan Anna y Marga Serra, profesoras de Matemáticas.
Los cinco profesores tienen muy claro lo que más les cuesta a los adolescentes. En el caso de Catalán, Joan y Borja insisten en que el principal problema son las faltas de ortografía. «No se conocen las reglas, confunden la b y la v y no saben las normas de acentuación», comentan. El «hueso de las Mates» se solucionaría, según Marga, con un poquito más de trabajo en casa. «En clase se hacen ejercicios, pero luego hay que hacer más en casa. El problema es que no tienen hábito de hacerlo y al cabo de unos días, ya no digo unas semanas, no se acuerdan. En esta asignatura no puedes llegar el último día y pegarte una empollada para aprobar», señala la profesora. «¡La comprensión lectora!», exclama Anna sobre la asignatura que ella imparte, Castellano. «Leen, pero luego no saben qué han leído», comenta resignada.
Toda esta falta de concentración y de capacidad para plantarse delante de los libros en casa ha intentado solucionarla Irene en las horas de estudio de ´Recupera´t a l´estiu´. «Algunos no hay manera de que se concentren. Se despistan con una mosca, miran al cielo, hablan… Cualquier cosa menos ponerse a hacer los ejercicios o estudiar», añade. «Hay que tener en cuenta que, si están aquí este verano, es porque no son los mejores de sus clases», matiza la coordinadora.
Al salir de clase, además, los alumnos y alumnas tienen que hacer deberes. «Nosotros aquí trabajamos a nivel general, pero luego, en casa, tienen que adaptarlo a lo que ellos han visto en clase, con sus profesores», comenta la coordinadora. Además, los profesores destacan que, para aprobar, además de los exámenes a los que se someterán la próxima semana, tienen que entregar una serie de ejercicios y lecturas a sus profesores. «Es que a muchos también les ha fallado lo de leerse los libros», lamentan Joan, Borja y Anna que, junto a Maria, Irene y Marga confiesan que ellos, igual que sus alumnos, también están deseando que acabe el mes de agosto. Será entonces cuando puedan tomarse unas vacaciones de verdad. Fuera de las aulas.

No hay comentarios:

subir imagenes
subir imagenes
Create your own Animation