martes, 13 de octubre de 2009

Seis Barbies negras «auténticas» exprimen el ‘fenómeno Obama’ ,... menos mal a una de ellas le gusta las matemáticas


En 1968, cuando Lyndon B. Johnson firmaba la ley de derechos civiles que completaba la de 1964 y extendía la lucha contra la discriminación racial a todo lo referente a la vivienda, Mattel presentó a las niñas estadounidenses a Christie, la primera amiga negra de Barbie. ¿Su problema? Era un calco idéntico de la esquelética miniatura rubia, simplemente hecha de plástico oscuro.
En los cuatro decenios posteriores, otras Barbies negras llegaron al mercado, pero mantenían el mismo problema. Y ahora, con una familia negra ocupando por primera vez la Casa Blanca, Mattel ha tratado de remediar deficiencias. Hace unas semanas lanzó al mercado una nueva línea, So in Style, con seis muñecas negras diseñadas por una mujer negra y con algunos atributos físicos más acertados. El paso, que llega en el mismo momento en que Disney se prepara para estrenar su primera película protagonizada por una heroína negra, La princesa y la rana, ha originado algunas alabanzas, pero como es habitual tratándose de Barbie, la aprobación no es unánime.
Las muñecas, que van a pares, y que una de ellas ejerce de «mentora» de otras pequeñas, se llaman Grace y Courtney, Kara y Kianna, y Trichelle y Janesse. Una es cheerleader, a otra le gustan las matemáticas y la música, y otra es la más rockera (en realidad, hiphopera).
Tienen rasgos diferentes, que Mattel define como «más auténticos»: labios más carnosos, narices un poco más anchas y pómulos más pronunciados. La cintura de avispa, las piernas inacabables y las dimensiones imposibles se mantienen.
Parte de la población ha recibido de buen grado a las muñecas. Por ejemplo, Andrea Walker, una bloguera negra del Baltimore Sun, daba la bienvenida a que las nuevas Barbies «están interesadas en temas significativos e intelectuales como las matemáticas». «Mejora a las que vi hace años en una tienda local –escribía Walker–, que eran Barbies negras con cochecitos y niños».
Pero no todo son parabienes. Solo una de las parejas, la de Trichelle y Janesse, tiene el pelo rizado, y aunque Mattel y la diseñadora, Stacey McBride-Irby, justifican el predominio del pelo liso porque hace más fácil uno de los pasatiempos favoritos a la hora de jugar con ellas – peinarlas –, el argumento no convence a todos. «Las madres negras que quieren que sus hijas amen su pelo natural se enfrentan a una dura batalla y estas muñecas la harán más complicada», ha declarado Sheri Parks, una profesora de estudios americanos de la Universidad de Maryland.
Tampoco ha ganado aprobación general que el set de las muñecas de aspecto más afro sea también el que tiene más bling: grandes pendientes de aro, collares dorados y un look que parece sacado del vídeo de un rapero. De momento, sin embargo, la aprobación gana a la reprobación, y aunque Mattel no ha dado cifras de ventas, ya tiene planes para sumar el año que viene a la colección de complementos de ropa a Chandra y su pequeña hermana Zahara, y también a Darren, que tendrá un hermanito negro.

Y a ver qué es lo que nos tienen preparado con la muñeca a la que le gustan las matemáticas,... tendrá como complementos actividades matemáticas lúdicas y divertidas que podrán hacer sus propietarias... Ya veremos.

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