lunes, 9 de noviembre de 2009

La controversia climática



Con la aceleración del proceso de recalentamiento global del planeta, ha tomado cuerpo la inevitable controversia en la opinión pública sobre los orígenes antropogénicos del problema, vale decir, aquellos causados por la mano del hombre. A pesar de que la mayoría científica así lo admite y muestra de ello es la posición del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas, muchos escépticos terminan desdeñando los sólidos argumentos que se han brindado en torno a la influencia que tiene el incremento del calor atmosférico con el incesante y creciente bombardeo de gases de efecto invernadero.
Se dice que por qué no se menciona al vapor de agua como un gas de efecto invernadero si es el principal. El vapor de agua en efecto se encuentra en la atmósfera y su incremento desde luego que aumenta al calor presente de ella y eleva la sensación térmica de los humanos. Pero no es un gas, sino un estado del agua bajo ciertas condiciones de presión y temperatura. Justamente, los gases de efecto invernadero como el dióxido y el monóxido de carbono, cuyo aumento sensible tiene una alta dosis antropogénica, dificultan la reflexión de los rayos solares de la Tierra al espacio, por lo que al ser retenidos en la atmósfera una cantidad apreciable de ellos aumentan el efecto invernadero.
Se dice que donde están las ecuaciones matemáticas que prueben que el aumento de temperatura se debe al incremento de los gases de efecto invernadero generados por la acción humana. Las ecuaciones son las mismas de Fourier para la transferencia de calor por conducción, convección y radiación y las de Lorentz para las isotermas y las isoclinas. Los fenómenos naturales no tienen una ecuación matemática generada exclusivamente para ellos, sencillamente son descritos por ellas porque la matemática abarca la comprensión de esos fenómenos antes de que aparezcan sus evidencias físicas. Así pasó con las matemáticas complejas y la electricidad y así pasa con las transformadas de Fourier y de Laplace, y las series de Fourier y Lorentz con el clima. Por otra parte, por ejemplo, no existen ecuaciones matemáticas creadas para saber si el fumar cigarrillos hace mal a los pulmones, pero cuando usted consigue el alquitrán y la nicotina por kilos en ellos ocasionando un enfisema, la evidencia supera al dogma del escéptico pidiendo ecuaciones para ese fin, por favor. Igual pasa con el clima que es el termómetro de la salud ambiental.
Se dice que el deshielo de los polos no aumentará el nivel de las aguas por el Principio de Arquímedes y es verdad, porque sus hielos se encuentran sobre el mar y al derretirse no aumentarán el nivel de las aguas.Pero el derretimiento del hielo sobre Groenlandia y la Antártida sí, porque son masas de tierra a la deriva como los continentes. Pero igual, se derriten los polos y eso es debido al recalentamiento global. Igual al haber menos superficie blanca sobre la tierra representada por el hielo, se reflejarán menos rayos solares y aumentará la temperatura. Si bien es cierto que éste no tiene su origen único por la acción humana, el hombre tiene la gran responsabilidad de mitigar sus efectos y corregir su carrera de gasto energético sin freno, que es lo que está a su alcance. Y no se trata de la conspiración de las izquierdas en el mundo. Se trata de las inexorables leyes universales que rigen el Derecho en el Cosmos. Así de sencillo.

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