miércoles, 9 de diciembre de 2009

La clase de tarde de Santiago Baena, en Málaga (España)



Por la mañana, Santiago Baena es profesor de Matemáticas en el IES Mare Nostrum, en Carretera de Cádiz. Por la tarde, cambia su rol y se convierte en un docente sin más especialidad que la atención individualizada y cercana a cada uno de los ocho alumnos de 3º de Secundaria que forman parte del Programa de Acompañamiento. Junto a ellos, otros 30 estudiantes de 1º y 2º de ESO están inmersos en este plan de la Junta de Andalucía que pretende frenar el desfase curricular y las dificultades que se pueden encontrar en el aula estos alumnos.
Con confianza y buen humor, Santiago les ayuda a resolver sus dudas, sobre todo en las materias instrumentales, fomenta el hábito lector y el de estudio, algo que los menores no tienen en casa. "Traen sus tareas y hacen aquí lo que deberían realizar en casa", dice Baena, además coordinador del programa en este Instituto. Este docente sabe que algunos "van a una marcha más lenta y necesitan un apoyo extra para que se pongan al nivel de la clase".
Como asistir a estos grupos es libre, no están obligados por el centro aunque sea éste el que recomiende la inclusión en el programa de ciertos estudiantes, el comportamiento de los chicos suele ser bastante bueno. "En la última evaluación el equipo educativo propone a los alumnos que el año siguiente deberían estar en el plan y se les explica a los padres los objetivos del mismo y el por qué se ha pensado en sus hijos", comenta Santiago Baena.
Los alumnos de tarde de este docente suelen llegar precedidos por el fracaso escolar. Muchos han repetido curso y casi todos arrastran asignaturas del año anterior. El 70% de estos estudiantes tienen dificultades con la lectura comprensiva, el cálculo y las matemáticas. "Difícilmente leen en casa, sobre todo los más pequeños", considera el coordinador, que reconoce con cierto orgullo que los mayores sí leen más, "aunque tampoco es excesivo", matiza.
La atención más individualizada hace también que los chicos y chicas aprovechen mucho más el tiempo, como dice Santiago Baena y añade que "tenemos mucha confianza y eso hace que el profesor conozca mejor al alumnado y sepa dónde hay que incidir más". La ratio se baja a la tercera parte y eso es fundamental para el éxito, sostiene.
Para el coordinador del Mare Nostrum es, sobre todo, muy importante que se les enseñe a atender y concentrarse. "Hay algunos con un déficit de atención grandísimo, que no pueden estar 15 minutos sin dispersarse". Aquí Santiago les ayuda pero también les "obliga" a estudiar y a trabajar, como a Ángel, de 15 años, que reconoce que en su casa "me meto en el ordenador y no me quito de Tuenti y del Messenger, aquí vengo a hacer los deberes, a buscar información en el ordenador y a resolver problemas, sino me quedaría en casa viendo "Sálvame".
Lucas es de Brasil y hace tres años que aterrizó en Málaga. Entendía aunque no hablaba nada de español y tuvo que ponerse al día en poco tiempo. Es un chico estudioso pero en Lengua empezó a tener problemas y "necesitaba apoyo", confiesa.
La mitad de la clase asegura que lee y todos afirman ser conscientes de que el trabajo ha de ser diario para conseguir buenos resultados. Sin embargo, no todos se van a ir de vacaciones con las notas limpias. Salomón confiesa que le van a quedar al menos tres. "En casa tengo muchas distracciones y eso que me han quitado internet y la tele".
Quizás no sean los más brillantes de sus clases pero tienen sueños de futuro como todos. Uno quiere ser policía local, otro médico cirujano, una psicóloga y otro periodista deportivo. Ahora lo que les resta es tener la determinación suficiente para hacerlos realidad.

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