No es la primera vez que hablamos de él, aquí, en el Noticiario Matemático. A sus 31 años, Carlos Beltrán Álvarez no sólo es profesor de la Universidad de Cantabria, sino también un matemático reconocido y, ahora, premiado. Recientemente, la Real Sociedad Matemática Española (RSME) le ha concedido el Premio 'José Luis Rubio de Francia', en su edición 2010, que él dedica a sus compañeros del Departamento de Matemáticas, Estadística y Computación y, además, a Profesores que le han ayudado en sus investigaciones como Luis Miguel Pardo, Michael Shub, Jean Pierre Dedieu, Felipe Cucker y Gregorio Malajovich. La distinción que le han concedido reconoce cada año la trayectoria de los jóvenes investigadores españoles. La de Carlos Beltrán Álvarez tiene que ver con la resolución de uno de los famosos problemas de Smale.
En el periódico digital www.eldiariomontanes.es le hacen una entrevista que aquí, en el Noticiario Matemático, publicamos:
- ¿En qué consiste el galardón?
- Es el Premio 'José Luis Rubio de Francia', que fue un matemático español muy importante, con trabajos muy reconocidos a nivel internacional en un momento en que las matemáticas españolas no daban ese salto. Él trabajó en la Universidad Complutense y en la Universidad de Zaragoza. Falleció a una edad relativamente temprana y, por eso, su nombre se vincula con el de los jóvenes investigadores. Al principio se reducía a las universidades en las que trabajó, pero desde hace cuatro o cinco años se ha ampliado a investigadores de todo el país.
- ¿Quién lo concede?
- La Real Sociedad Matemática Española, que acaba de cumplir cien años. Para la concesión del premio se consulta a un jurado internacional.
- ¿Cuál es el límite de lo que puede entenderse joven investigador?
- Hasta los 32 años. Yo tengo 31 . Cada vez se es joven más tiempo.
- ¿Cuál es el trabajo que ha valorado el jurado?
- En realidad el premio es a una trayectoria. Hace falta que alguien te proponga. Se valoran muchos trabajos, pero al final el jurado señala en particular uno de ellos. En mi caso han valorado uno de los resultados que se han obtenido, en colaboración con uno de los profesores de esta facultad que es Luis Miguel Pardo.
- ¿En concreto?
- La resolución del problema 17 de Smale. Es un desafío famoso, porque Smale, que fue un matemático muy importante de la segunda mitad del siglo XX, elaboró una lista de 18 problemas que él pensaba que era importante resolver en el siglo XXI. El número 17 de esos problemas es el que nosotros resolvimos.
- ¿Cuántos se han resuelto?
- El nuestro es el cuarto.
- Investigar implica dar clases.
- Ahora doy clases en el grado de Matemáticas, en el grado de Ingeniería Informática y el año que viene también daré en Físicas.
- ¿Desde cuándo das clases?
- Las primeras clases que di fueron cuando estaba preparando la tesis doctoral, luego fueron en 2005. Cuando aquello daba muy poquitas. Ahora doy más.
- ¿Qué caminos le esperan a quien estudia matemáticas? ¿Sólo la docencia?
- En el año 2007 se hizo un estudio sobre las salidas laborales de las Matemáticas, y decía que el 55% de los licenciados acababan en la enseñanza. Es decir, la mitad va a la enseñanza, pero la otra mitad no. Yo tengo amigos que estudiaron conmigo que trabajan en bancos, en estudios de consultorías, en empresas informáticas... son salidas laborales que ahora son muy reales.
- ¿Cómo es trabajar en la Universidad?
- Es un trabajo que no te quitas de la cabeza. En la investigación, cuando te vas sigues pensando en ello, sueñas con ello, piensas en ello cuando estás comiendo... La investigación es así. La otra parte, que es la docencia, también es interesante. La docencia es como una parte fija de tu trabajo que es más rutinaria y la investigación tiene épocas terribles y épocas fantásticas: a veces trabajas muchísimo y no sale nada y a veces todo se resuelve. Es muy emocionante. A mí me gusta muchísimo.
- ¿Cómo se trata a los investigadores en España?
- Hay mucha gente que está en una situación muy precaria. Los hay que tienen contratos que se renuevan cada año, pero durante muchos años, a los que las leyes no parecen ayudar a conseguir trabajos indefinidos. Hay investigadores con 32 años en situación muy precaria, que no puede sentar la cabeza. Yo he tenido mucha suerte y otras personas también, porque hemos conseguido estabilidad pronto, pero es verdad que hay muchos que hacen mucho trabajo y, al final, no figura en ningún sitio. Cuando consigues estabilidad, España es un país que da facilidades de financiación y te ayuda a viajar a otras universidades. España tiene mecanismos buenos para algunas cosas -y la Universidad de Cantabria en particular-, pero sigue habiendo un submundo de gente que sigue teniendo muy pocos derechos.
- ¿Hay fuga de talentos?
- Yo creo que sí hay cierta fuga de talentos. No total, pero sí cierta fuga. Hay gente que termina la carrera y consigue financiación para hacer una tesis. Cuando acaba hay pocas cosas: un 'postdoc' o tener suerte de encontrar un hueco para dar clases. Muchas veces esos postdoctorados te llevan al extranjero: los que los hacen se van y no vuelven.
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