jueves, 9 de abril de 2009

Números para 'Euskadi Valley'


Estas letras están colocadas perfectamente -al menos físicamente- gracias a ellas... La foto que las ilustra aparece así gracias a ellas -y a Zigor Alkorta, claro-... El dinero para comprar el periódico mana de los cajeros automáticos gracias a ellas... Los aviones vuelan más rápido y consumen menos gracias a ellas... La separación entre los asientos de las aeronaves también responde a su dictado... Incluso donde se coloca la cortinilla que separa la clase business de la turista es cosa de ellas... Ese semáforo tan plasta dura tanto en rojo porque lo han decidido ellas... También deciden en qué zona del monte se abre un cortafuegos... Las resonancias magnéticas son cada vez más eficaces gracias a ellas... A ellas y a ellos, que se esfuerzan por ellas, porque ellas cada vez abran más posibilidades. Ellas son las matemáticas; ellos, los matemáticos. Euskadi busca su hueco en la élite de los números con el Bcam (Basque Center for Applied Mathematics), el centro vasco de matemáticas aplicadas. Las matemáticas engranan prácticamente todas las tareas diarias. Optimizar las matemáticas es optimizar las tareas; por tanto, optimizar el bienestar.

En el pasado, esa investigación se generaba en países extranjeros. Euskadi ya no tiene que importar. El Bcam es una asociación sin ánimo de lucro que depende de Ikerbasque y el Gobierno vasco, una administración volcada en apoyar la investigación y el conocimiento como fórmula para salir de la crisis y apuntalar el futuro. Su director científico es Enrique Zuazua, un matemático eibartarra que tras pasar veinte años en Madrid y conseguir, entre otros, el Premio Nacional de Investigación y el Premio Euskadi ha regresado a Euskadi a trabajar. Es otro de los éxitos de la implicación del Ejecutivo de Ibarretxe con la I+D+i. "Las personas solemos tener momentos, pero los países también. Es un momento excelente para Bilbao y este país. Hoy apetece venir aquí. Empieza a haber una imagen global de Euskadi Valley. Hay muchos centros distinguidos de calidad. Supongo que se deberá a un sistema coherente y a 25 años de siembra por parte del Gobierno vasco", opina el director. El centro tiene abiertas cinco líneas de investigación, lideradas por otros tantos investigadores -todos jóvenes-, que esperan aportar valor a la sociedad. Detrás de algo tan abstracto como los algoritmos y derivadas se esconden aplicaciones prácticas y cotidianas. Además de los ejemplos citados, las matemáticas sorprenden por su utilidad: "Ahora los ensayos nucleares, afortunadamente, se hacen en el ordenador. En él simulamos sus efectos. El ordenador se ha convertido en un sustituto de la experimentación, que suele ser cara o nociva. Y lo es gracias a las matemáticas". También resuelven problemas más domésticos como la insonorización. "Ya no hay que esperar a que se abra el pub y a las tres de la mañana comprobar que no se puede dormir. Las matemáticas permiten reproducir la realidad y experimentar", explica Zuazua. "El photoshop -programa para tratar fotos- no es más que matemáticas", desvela. "Lo que hacemos no estará de venta en las farmacias mañana, pero sí puede tener repercusiones en la sociedad. De aquí a un tiempo podemos ser un lugar de referencia para los alumnos a quienes les encanten las matemáticas, pero también para los centros o empresas que nos pidan ayuda para dar luz a sus problemas".

El director no es el único emigrante que ha rescatado el Bcam. El getxotarra David Pardo Zubiaur, de 32 años, también ha vuelto a casa. Pardo trabajaba como investigador en el Departamento de Ingeniería Petrolífera de la Universidad de Texas, considerado el mejor del mundo en su área. Hoy pone todo su conocimiento al servicio del centro vasco. ¿Y eso? "Primero, porque soy de aquí, tengo a mi familia aquí -chiflado por sus sobrinos Ane y Haimar-. Segundo, porque vi una oportunidad profesional muy buena: por el diseño del centro, por su entorno y por su director va a ser algo puntero en el mundo. Estoy convencido; si no, no habría venido. Y tercero, porque pienso que puedo aportar algo al centro. He tenido una formación muy buena en EE.UU., que arrancó en la UPV, y ahora estoy preparado para devolver su aportación a la sociedad y llevar a cabo una investigación de nivel". Pardo ejemplifica la aplicación práctica de sus estudios: "Trabajamos, por ejemplo, para que en vez de esperar una hora para obtener el resultado de una resonancia magnética lo tengamos en diez minutos. Las matemáticas serían las responsables de lo que pasa desde que el paciente entra físicamente en la máquina hasta que le dan el resultado. La investigación fortalece la sociedad y la economía", proclama.

Carlos Mora-Corral (Gijón, 1977) es otro de los valores que ha puesto su talento al servicio del Bcam. Por razones similares: "Este centro es nuevo, y eso era un riesgo, pero tenemos muchas posibilidades de crecer. Hay mucho potencial". Mora-Corral se doctoró en Madrid e hizo el pos-doctorado en Oxford. El guipuzcoano Urtzi Ayesta y el chino Peicheng Zhu acaban de demostrar que el Bcam no tiene fronteras. Jaime Sagarduy, de Ugao, como gerente, y el albaceteño Miguel Benítez se encargan de otra área a la que otorgan gran importancia: la gestión. "Somos investigadores pero también gestores de la excelencia", resalta Zuazua. El Bcam da las primeras zancadas de lo que prevén un maratón. Acaba de empezar, pero la meta está clara: "El centro tiene que ser competitivo a nivel internacional. En España hay muy pocos centros de esta naturaleza. Queremos que los investigadores vengan y desarrollen aquí sus proyectos, no que se queden toda la vida. Y cuando cambie el viento, que se vayan. Aspiramos a que quien esté aquí sienta que ha aprovechado el tiempo y ha dado valor a su currículum. Que en otros centros digan: no debe de ser malo porque ha estado en Bcam", aspira el director. "Me gustaría -añade- que al cabo de cuatro o cinco años haya cinco líneas de investigación consolidadas, que el centro funcione solo, que sus investigadores sean conocidos internacionalmente y que tengan label. Eso sólo se logrará si los que trabajan encuentran un valor añadido aquí. Los matemáticos cambiamos de sitio con facilidad; con cerrar el portátil nos vale".

De momento ellos lo tienen abierto en Euskadi. Aquí se ganan la vida. Profesión con presente y futuro: "Si quieres ganar dinero no es aquí, eso es de constructor en Castellón. Hay estabilidad, tenemos mucho tiempo y el privilegio de estar en contacto con otros científicos", resume el Premio Nacional y Premio Euskadi. "Hay poco paro. Mi recomendación para los jóvenes es que hagan un doctorado. Nadie tiene un trabajo tan bonito como el nuestro, en el que eliges dónde, con quién y qué temas quieres investigar. Además de la satisfacción de la creación, que es enorme", añade Pardo. "La de investigador es una profesión dura. Exige mucha formación, capacidad y ganas de salir fuera para seguir formándote. Exige dedicarte 18 horas del día", advierte Sagarduy.

Enrique Zuazua es el motor del Bcam. Sus compañeros no escatiman elogios sobre el jefe: "Matemáticos que sean muy citados por otros científicos hay muy pocos. En España sólo hay cuatro, y Enrique es el más joven de Europa. En su época fue el catedrático más joven de todo el Estado", recuerda Pardo. Miguel también lo tiene claro. Trabajó con él en Madrid y no dudó al aceptar su oferta para venir a Bilbao: "Talento atrae a talento. Tener un referente es fundamental. Zuazua es, seguramente, el mejor matemático que hay, pero también lo borda en la gestión. Se preocupa por todo y se moja por todo. De él atrae lo metódico que es y su capacidad de liderazgo". "Enrique atrae visitantes que pasan aquí dos o tres semanas. Para la corta vida que tiene este centro hemos tenido ya catorce visitantes", dice Carlos. De ser cierto eso de dime con quién andas y te diré quién eres, el Bcam está destinado a oír muchas loas. Acaba de arrancar, pero la confianza que despierta entre la comunidad científica es más que notable, a tenor del su comité científico. "Esta iniciativa goza de unos padrinos de primerísima fila. Seremos un centro muy pequeño, es verdad, pero mira qué valoración tienen de nosotros que al tercer mes se comprometen con nuestro comité". Se refiere a Juan José Manfredi (Universidad de Pittsburgh), Sir John Ball (Universidad de Oxford), Sem Borst (Universidad de Eindhoven), Jean-Michel Coron (Universidad Pierre et Marie Curie), Leszek F. Demkowicz (Universidad de Texas) y Pierre-Louis Lions (Collège de Francia).

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