¿Qué palabra no pertenece a esta lista?
a) verde, b) púrpura, c) rojo, d) dulce, e) amarillo
El pájaro es al aire como el pez es al:
a) agua, b) natación, c) cebo, d) red, e) pesca
¿Qué número viene después de la serie:
3, 9, 11, 33, 35, 105,...?
Preguntas como estas, que permiten medir el coeficiente intelectual, son las que se les consulta a los 75 nuevos bachilleres que acuden a diario para rendir las pruebas que aplica la Universidad de Guayaquil como requisito para ingresar al curso propedéutico.
La calificación promedio que obtienen los estudiantes se ubica entre 35 y 45 puntos sobre 100, según datos del departamento de Bienestar Estudiantil de esa universidad. La semana pasada, la psicóloga María Leonor Santander, encargada de tomar las pruebas, debió salir del aula en busca de un vaso con agua para una estudiante que estaba nerviosa. La tensión es el factor común en el aula. Hay alumnos y alumnas que, pese a la explicación previa de la psicóloga, piden orientación para las respuestas. Otros miran el test con desconcierto y hasta hay quienes les preguntan a sus compañeros para copiarles.
“Esta prueba mide las aptitudes del estudiante, sus habilidades y destrezas, lenguaje, razonamiento numérico y abstracto”, explica Santander al evaluar que los resultados de los test demuestran “un déficit de lectura comprensiva y crítica, razonamiento lógico y pocas técnicas de estudio”.
Para ella, esto obedece al “comodismo” que tienen muchos estudiantes “acostumbrados a pasar con 40 (el mínimo para aprobar una materia en el colegio, el máximo es 60)”.
La calificación que los alumnos y alumnas obtengan del test psicológico no incide en su ingreso al propedéutico, al que llegan todos los inscritos, según el cupo del centro de estudios. El año pasado ingresaron al propedéutico dela Universidad de Guayaquil 18500 estudiantes, todos hicieron el test. Este año se prevé que la cifra de inscritos alcance los 30 mil debido a las expectativas que surgen por la gratuidad de la educación. En total, la Estatal , en todas sus carreras, pasó de 70 mil a más de 98 mil alumnos el año pasado, sin que crezcan sus instalaciones ni el número de docentes. El 19% de alumnos y alumnas repite el año, en promedio.
Con la gratuidad, los estudiantes no pagan las matrículas ordinarias ni las carreras autofinanciadas. “Lo que sí pagan son los cursos extracurriculares de computación e inglés, los seminarios de graduación, algunas tasas”, explica el vicerrector académico, José Apolo.
La calificación promedio que obtienen los estudiantes se ubica entre 35 y 45 puntos sobre 100, según datos del departamento de Bienestar Estudiantil de esa universidad. La semana pasada, la psicóloga María Leonor Santander, encargada de tomar las pruebas, debió salir del aula en busca de un vaso con agua para una estudiante que estaba nerviosa. La tensión es el factor común en el aula. Hay alumnos y alumnas que, pese a la explicación previa de la psicóloga, piden orientación para las respuestas. Otros miran el test con desconcierto y hasta hay quienes les preguntan a sus compañeros para copiarles.
“Esta prueba mide las aptitudes del estudiante, sus habilidades y destrezas, lenguaje, razonamiento numérico y abstracto”, explica Santander al evaluar que los resultados de los test demuestran “un déficit de lectura comprensiva y crítica, razonamiento lógico y pocas técnicas de estudio”.
Para ella, esto obedece al “comodismo” que tienen muchos estudiantes “acostumbrados a pasar con 40 (el mínimo para aprobar una materia en el colegio, el máximo es 60)”.
La calificación que los alumnos y alumnas obtengan del test psicológico no incide en su ingreso al propedéutico, al que llegan todos los inscritos, según el cupo del centro de estudios. El año pasado ingresaron al propedéutico de
Con la gratuidad, los estudiantes no pagan las matrículas ordinarias ni las carreras autofinanciadas. “Lo que sí pagan son los cursos extracurriculares de computación e inglés, los seminarios de graduación, algunas tasas”, explica el vicerrector académico, José Apolo.
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