El Congreso Internacional de Matemáticos, que se reúne cada cuatro  años, se  cierra en India con discusiones sobre aritmética y geometría,  pero también sobre  economía o salud. Los ‘nobel’ de esta disciplina  nunca han premiado a un  español, como ya hemos comentado aquí en el Noticiario Matemático. 
"Por favor, tenga en cuenta que bolsas del congreso, ordenadores, teléfonos móviles, cámaras y maletines no están permitidos en la sala". Las fuertes medidas de seguridad contrastaban con la tranquilidad con la que Pratibha Patil, presidenta de India, entraba el pasado jueves 19 en el Centro de Convenciones Internacionales de Hyderabad. Patil se dirigió a los 3000 asistentes de unas 100 nacionalidades distintas y encendió la llama, figurada y físicamente, del Congreso Internacional de Matemáticos (ICM). Se inauguraba así el acontecimiento más importante de esta disciplina que, al igual que los Juegos Olímpicos y los Mundiales de fútbol, tiene lugar una vez cada cuatro años. La última de ellas había sido en Madrid. En el Congreso se entregaron los premios que otorga la Unión Matemática Internacional (IMU), una organización sin ánimo de lucro dedicada a promover el desarrollo de las matemáticas.
La Medalla Fields es  el más famoso de ellos y, aunque equivalente en importancia al Premio  Nobel, el galardonado tiene que ser menor de 40 años. Se entregó por  primera vez en 1936 gracias a los fondos que dejó el matemático  canadiense John Charles Fields y, tras una pausa, desde 1950 no ha  faltado a su cita. Como ya hemos informado, este año fueron para el israelí Elon Lindenstrauss  (Universidad de Jerusalén), Ngô Bâo Châo (Universidad de París-Orsay,  nacido en Hanoi y que aparecía en todas las quinielas), el ruso  Stanislav Smirnov (Universidad de Ginebra, nacido en San Petersburgo) y  el francés Cédric Villani (Institut Henri Poincaré de París). Además, se  otorgaron los Premios Rolf Nevanlinna y Gauss, y la Medalla Chern.
La  entrega de medallas marcó el inicio de nueve días dedicados a las  matemáticas en el país donde, en el siglo VII, el matemático Brahmagupta  concibió el número cero. 
Sólo hace falta echar un vistazo a los  títulos de las charlas para comprobar que la variedad temática en el  congreso ha sido inmensa: Trisecantes de nudos, Las matemáticas del  hombre de las cavernas, Universalidad en mercados financieros, Control  de la propagación de la malaria usando bacterias y Un nuevo enfoque para  la detección del cáncer. Sin embargo, no todo han sido  matemáticas en Hyderabad. En el programa social ha habido sitio para la  danza del coreógrafo Chandrasekhar, la música hindustaní de Ustad Rashid  Khan, o el ajedrez. El campeón del mundo, Viswanathan Anand, jugó  simultáneamente contra 40 asistentes. Junto a 39 victorias, unas tablas  llaman especialmente la atención: las conseguidas por el también indio  Srikar Varadaraj, de tan sólo 14 años.
El primer ICM se celebró en  Zúrich en 1897, tal y como rezaba la carta de invitación, por ser Suiza  "un país especialmente dedicado a desarrollar relaciones  internacionales por su situación, fronteras y tradiciones". El español  Guillermo Curbera, además de conservador de los archivos de la IMU, es  el autor del libro de referencia en la historia de los ICM, Mathematics  of the world, unite!, en el que consigue trazar la línea de los ICM  paralela a la política y a la historia del siglo XX. Para él, el Congreso en India confirma una apertura a Asia. Más aún lo hará el de  2014, que será en Seúl. Una elección "no correcta" según Curbera, quien  habría preferido un giro hacia Latinoamérica con Río de Janeiro, que  volverá a presentar su candidatura para 2018 y muy probablemente lo  consiga. Hasta el momento, ningún ICM se ha celebrado en el hemisferio  sur. ¿Y África? "Primero tiene que haber más actividad matemática  -señala Curbera-, como le ocurrió a España para organizar el congreso de  2006". 
Y es que la producción matemática española pasó del 1,7%  mundial en el año 90 al 3,9% al final de la década. Tres años después,  en Pekín, se nombró Madrid como sede para el Congreso de 2006, un ICM  que será recordado por la Medalla Fields a Grigori Perelman. La primera  vez, y única hasta el momento, que una medalla ha sido rechazada.
Manuel  de León es, y será hasta 2014, el único español en el comité ejecutivo  de la IMU. Preguntado sobre cuándo llegará una Medalla Fields a España,  responde en primer lugar que la investigación española está en "muy buen  nivel. Pero nos falta una vuelta más. En diez años no la veremos",  añade y, según explica, si no se cuida la máxima excelencia, con un  sistema de escuelas como el francés o el ruso, y no se coopera más y  mejor internamente, "no serán menos de veinte". 
Guillermo  Curbera se muestra tajante: "Hay que cambiar la estructura  funcionarial" de la matemática española hacia un sistema "más dinámico"  que le dé el "empuje necesario". En este caso, compararnos con la  tradición de Francia es especialmente odioso. Si en fútbol ha sido  cuestión de diez años igualar el doblete Eurocopa-Mundial, en el caso de  las Medallas Fields será más difícil: cuenta con 11, sólo por detrás de  las 13 de EEUU.
En el Congreso, dirigirse a toda la audiencia  durante una hora sólo ha estado al alcance de unos veinte  conferenciantes, llamados plenarios. Y en toda la historia de los ICM,  España sólo ha conseguido tener uno, Juan Luis Vázquez, de la  Universidad Autónoma de Madrid, y fue jugando en casa (en la reunión  de Madrid, en 2006). No mucho más fácil es poder dirigirse durante 45  minutos al público de alguna de las veinte secciones temáticas en las  que se trabaja en paralelo, lo que se conoce como conferenciante  invitado. El primer español en conseguirlo fue Jesús Mª Sanz-Serna,  matemático de la Universidad de Valladolid, en Zúrich (1994). En Madrid  fueron ocho, pero en India sólo ha habido dos: Isabel Fernández, de la  Universidad de Sevilla, y Pablo Mira, de la Politécnica de Cartagena,  que pronunciaron una conferencia conjunta sobre "superficies de  curvatura media constante y geometrías tridimensionales de Thurston".
Fernández  y Mira, profesores titulares con algo más de 30 años de edad, no  hubiesen venido a India de no haber recibido la invitación de la  organización. Desde entonces han ocupado páginas de más de 20  periódicos; bastantes más páginas ella que él, ya que el hecho de ser la  primera matemática española invitada ha eclipsado a Mira. Ser española y  hacerse un hueco en el ICM tiene un mérito especial y, de hecho, nunca  ha habido una Medalla Fields ni para un español ni para una mujer. ¿Qué  llegará antes? "Una mujer", coinciden, aunque "si fuera una mujer  española, mejor", añade Fernández.





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