Paciencia, perseverancia, diversión, pizzas y mucho café son las palabras que les vienen a la mente a los 10 estudiantes del Miami Dade College que durante tres días seguidos trabajaron para unir las 31000 piezas que constituyen la escultura poliédrica más grande de la historia.
Con la apariencia de un colorido juguete futurista, la estructura de 10 pies de diámetro, concebida para estimular el interés por las matemáticas, se inauguró ayer en el InterAmerican Campus y podrá verse hasta finales del semestre de primavera en la Plaza de las Banderas de ese centro educacional.
“Esta experiencia nos ha llevado a conocer nuestros puntos fuertes, a manejar la ansiedad y a distinguir el talento de cada uno’’, expresó Patricia Amado, estudiante de sicología que compartió con sus colegas de la Academia de Liderazgo Estudiantil la construcción de la complicada estructura, diseñada por Paul Hildebrandt, fundador de la compañía de juguetes educacionales Zometool.
“Como es el poliedro más grande construido hasta el momento, además hecho a la medida, no traía instrucciones para armarlo’’, contó Ari Peña, quien fungió como líder del proyecto junto a la profesora de matemáticas, la Dra. Rosany Alvarez, a cargo este año de la Academia de Liderazgo Estudiantil.
“Los estudiantes que participan en la Academia son elegidos por sus calificaciones y cualidades de liderazgo’’, informó Alvarez sobre Patricia Amado, Stephanie Aya, Renata Bitar, Ana Maria León, Amalia Mariaca, María Christina Pavón, Ari Peña, Luis Sánchez, Marcielo Solís y Sandra Timm. “Ninguno de ellos tiene como especialización las matemáticas’’, puntualizó Alvarez, indicando que este rompecabezas gigante que “parece tener cerebro propio porque las piezas sólo pueden colocarse de una manera’’, los condujo a emplear la lógica y a desarrollar estrategias para resolver las dificultades que encontraron en el camino.
“A veces nos dábamos cuenta de que estábamos equivocados y teníamos que volver sobre nuestros pasos’’, comentó Ernesto Aneiros, estudiante de ingeniería que participó como voluntario.
La Academia de Liderazgo Estudiantil acometió su primer proyecto en el 2009, con una recaudación de fondos para ayudar a los desamparados.
“El objetivo del programa es darle la oportunidad al estudiante con talento de salir del aula y participar en proyectos que le permitan expresar sus ideas y opiniones, con el propósito de que cuando se gradúen se involucren con la comunidad’’, expresó la Dra. Gina-Cortés Suárez, presidenta del InterAmerican Campus, quien también ayudó a armar la estructura.
Para Stephanie Aya, estudiante de Biología, lo mejor fue ver la paciencia, la tranquilidad, y la conexión que se estableció entre los estudiantes y los voluntarios. Estos incluyen desde los guardias de seguridad del recinto hasta Ortelio Pérez, el trabajador de la compañía de construcción que prestó el andamio para subir a lo alto de la estructura.
Alvarez calificó el proyecto de la escultura, que durante un día completo se resistió a sostenerse en pie, como desafiante pero también divertido.
“Me gusta traer ejemplos prácticos a la clase. Si voy a explicar un teorema, antes les hago un cuento’’, comenta Alvarez sobre su estrategia para enseñar las matemáticas.
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