Las matemáticas se atragantan a muchos alumnos. A Miguel Ángel Vidal, profesor de esta materia en el Instituto Pedro Floriani de Redondela (Galicia, España), le plantearon el reto de enseñar esta materia a un grupo de jóvenes con especiales dificultades. Son estudiantes de 16 y 17 años que cursan un programa para evitar el fracaso escolar. Algunos de ellos residen en Aldeas Infantiles porque proceden de familias desestructuradas. Hacer figuras de papel se ha convertido en el mejor aliado de Vidal tanto para el aprendizaje de los jóvenes como para la mejora de su convivencia familiar.
«Los padres se involucran en la construcción de figuras de papel y empiezan a comunicarse mejor con sus hijos al compartir el trabajo escolar con ellos», señala el docente, nacido en Ourense en el año 1969 y formado en la Universidad de Vigo. Tras diez años de docencia en Ávila consiguió un traslado a Redondela donde lleva ocho años motivando a los alumnos con más problemas. Y a tenor de lo que cuentan lo consigue. «Es un profesor brutal», asegura en tono elogioso Christian Areal, uno de los jóvenes estudiantes que asiste a sus clases y que ayer tenía que enfrentarse a un examen de la materia.
Miguel Ángel Vidal es optimista por naturaleza y le gustan los retos complicados, como la esponja de Menger, una figura abstracta realizada en colaboración con sus alumnos y con las familias de estos. Invirtieron dos meses en construir los 18048 módulos Sonobé necesarios para hacer con ellos 8000 cubos que forman una pieza de 75 centímetros de altura y más de 8 kilos de peso. Viejas fotocopias se convierten en la materia prima de estas esculturas que permiten visualizar conceptos matemáticos como el área, los fractales o el volumen. Por ejemplo, en la esponja de Menger más grande cabe casi un metro cúbico de agua.
Dodecaedros de colores y otros prismas salen de las habilidosas manos de los alumnos que así están más motivados para sus retos educativos. El método de Vidal ha tenido tanto éxito que ha sido copiado por un Instituto de Majadahonda, el Carlos Bousoño, que vio los trabajos publicados por el profesor redondelano en la página web www.pajarita.org.
«Yo aprendí con siete años con mi abuelo en Ourense. Me enseñaba a construir sombreros y barquitos de papel», recuerda Miguel Ángel Vidal. Poco a poco fue adquiriendo libros de papiroflexia y comenzó a realizar figuras más complejas. Ahora puede construir prácticamente de todo, desde animales a flores. Pero de lo que está más orgullos es de las figuras matemáticas que elabora con sus alumnos y que ha hecho que «muchas familias se unan por la papiroflexia». «La abuela de uno de mis alumnos cambió el punto de cruz por las figuras», dice.
La metodología de este docente ha despertado el interés del mundo editorial y para el próximo otoño está previsto que salga al mercado un manual muy didáctico e ilustrado en forma de cómic para que los alumnos aprenden matemáticas a través de la papiroflexia. Las ilustraciones son obra de Luis Alonso Villar.
Miguel Ángel Vidal detrás de la esponja Menger hecha con sus alumnos y con la colaboración de sus familias
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