El Curso que acaba de concluir ha girado en torno a dos términos clave: Optimización y Ecuaciones en Derivadas Parciales.
"Ambos forman parte de los temas clásicos de las Matemáticas, pero también son cuestiones de gran importancia cotidiana", apunta Enrique Zuazua, director científico del Basque Center for Applied Mathematics (Bcam) e investigador de Ikerbasque. Los campos de aplicación de los temas matemáticos tratados en el Curso -al que han asistido 60 alumnos y alumnas procedentes de todo el mundo- son diversos y abarcan desde la industria de automoción y aeronáutica, a la gestión de grandes redes energéticas, el ahorro en consumo de combustible o los procesos de automatización.
En el periódico digital http://www.deia.com/ le hacen una entrevista a Enrique Zuazuaque, por su interés, aquí en el Noticiario Matemático publicamos:
- ¿Qué ha prevalecido en las aportaciones de los ponentes del curso, solución de problemas o nuevas cuestiones?
- El curso ha tenido dos aspectos que muchas veces se mezclaban y no eran fáciles de distinguir, pero hemos querido mandar un mensaje dual. Por una parte, poner sobre la mesa una serie de conocimientos bien adquiridos que tuvieran carácter formativo, y, por otra, una serie de temáticas que aún están por abordarse, pero que sin duda van a exigir importantes esfuerzos de investigación en los próximos años.
- ¿Algún ejemplo?
- El profesor Juan José Alonso, de la Universidad de Stanford, nos ha hablado de los retos que se presentan para las Matemáticas en el ámbito de la aeronáutica y, en particular, para los futuros vuelos supersónicos. Ahora mismo existen algunos proyectos de ese tipo de aviones que exigen importantes inversiones en investigación, sobre todo para evitar el boom sónico que se produce cuando el avión rompe la barrera del sonido y que hace que en la práctica sea imposible que vuele sobre lugares habitados.
- ¿Es la primera vez que Bcam organiza un curso de este tipo?
- Los investigadores del centro tienen una amplia experiencia en la organización de cursos de este tipo, pero es la primera vez que lo hacemos de manera intensiva y en Bilbao.
- ¿Va a tener continuidad?
- Sí, desde luego. Quizás no con el mismo título, pero sí con este formato, porque cumple perfectamente el compromiso de Bcam con la formación de jóvenes investigadores y la divulgación de la ciencia. A través de estos cursos demuestras que se pueden abordar temas de gran impacto social a través de las Matemáticas.
- También han tratado temas con muchas aplicaciones industriales.
- Uno de los compromisos de Bcam, en el que llevamos trabajando tres años y creo que con notable éxito, es establecer dinámicas de cooperación entre el mundo universitario y el de la industria, pero en temas y contenidos que sean relevantes desde el punto de vista de la investigación. Bcam no es un centro tecnológico o una empresa en la que una industria entra, hace una pregunta, se le da una solución y se le manda una factura, sino que es un centro que dialoga con esas empresas para establecer programas de investigación cooperativa a medio y largo plazo.
- Entonces, ¿no resuelven un problema matemático concreto que se le presente a una empresa?
- Bcam forma parte de la red BERC -Centros de Investigación Básica y Excelencia- que creó el Departamento de Educación para llenar un espacio que estaba huérfano, el de la investigación básica en temas punteros. Somos el eslabón entre la universidad y los centros más tecnológicos. No se trata tanto de resolver un problema concreto de una empresa, como de crear una dinámica que en el medio o largo plazo dé lugar a que en Euskadi haya un entorno de investigación capaz de responder preguntas. Se trata de crear grupos de investigadores que puedan dar respuesta a los retos de las empresas e instituciones, pero desde la investigación.
- ¿Y qué tal está funcionando la fórmula de los centros BERC?
- Es una fórmula singular, no sólo en Euskadi, sino en toda España, donde no hay centros de este tipo. El modelo se caracteriza por un gran dinamismo y una renovación permanente de personal, en contraposición con el esquema español de universidad estática, estanca y endogámica del que tanto hemos oído hablar y que al final ha resultado ser un gran lastre.
- ¿Diría que es un éxito?
- En lo esencial la fórmula es acertada. En la legislatura anterior, el Gobierno vasco diseñó esta estructura de centros apostando claramente por cubrir el segmento entre la universidad y la investigación que se hace en los centros tecnológicos, con el objetivo de tirar de ambos extremos de la cuerda, acercarlos y unirlos. Ahora podemos decir que la fórmula se ha visto confirmada como exitosa.
- ¿Y en el caso concreto de Bcam?
- Bcam es un claro foco de atracción para jóvenes de todo el mundo que vienen a investigar y a formarse. Además, ha dado a Bilbao visibilidad como ciudad para la ciencia. Porque no debemos olvidar que en el ámbito de la liga internacional de las ciudades éstas compiten y se comparan por urbanismo, niveles de contaminación, seguridad, agendas culturales..., pero también por la ciencia. Y el nuevo Bilbao que todos soñamos no puede ser un Bilbao sin ciencia. En este sentido, Bcam y, en general, los centros de la red BERC han demostrado que pueden hacer una aportación muy valiosa a la Euskadi de la innovación.
- ¿Ha servido también para despertar vocaciones científicas?
- Bcam está aumentando mucho la visibilidad de la ciencia y de las matemáticas de Euskadi y ha tenido un impacto muy nítido en la atracción del talento y la generación de vocaciones, tanto entre nuestros alumnos, que terminan la carrera y de repente se dan cuenta de que las matemáticas no solo les conducen a dar clases en un instituto o eventualmente en la universidad, sino que también hay centros de investigación, como en el ámbito internacional. De hecho, hoy en Bcam trabajan 50 personas de 17 nacionalidades.
- Usted es muy crítico con el modelo científico español.
- El hecho de que Euskadi esté dentro del sistema español de ciencia y tecnología supone una clara dificultad, porque en el ámbito de la ciencia en España no hay un mercado de trabajo. Hay una carencia del modelo económico productivo en el Estado español que afecta a todos los centros que hacemos investigación aquí. La gente que se forma en Bcam aspira a tener una oportunidad laboral y, de hecho, la tiene o la puede tener, pero en Estados Unidos, en Francia..., pero en mucha menor medida en Euskadi y en España debido a esa falta de circulación de profesores y de investigadores. El sistema actual estrecha el camino de los jóvenes.
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Su tarea diaria consiste en transmitir sus conocimientos a sus alumnos de la prestigiosa Universidad de Stanford. A su dedicada labor docente, este científico madrileño añade su pasión por la investigación aplicada y el uso de las matemáticas como soporte del "presente y el futuro de la aeronáutica mundial".
A pesar de su juventud -se doctoró en ingeniería aeronáutica por la Universidad de Princetown en el 97- este divulgador científico ha publicado más de un centener de artículos especializados en diversas revistas. Juan José Alonso es profesor en la célebre Universidad de Stanford y cuenta con una estancia de tres años en La Nasa, donde dirigió a 1.500 investigadores en un ambicioso programa de ingeniería aerospacial.
"La matemática aplicada es el lenguaje matemático aplicado al espacio físico. Nosotros la desarrollamos para el diseño aeronáutico en el diseño y rediseño de aviones y cohetes especiales", explica.
La pasada semana este prestigioso divulgador ofreció una ponencia en las jornadas Challenges in Applied Control and Optimal Design(Desafíos en el control aplicado y diseño óptimo), una escuela de verano organizada por el BCAM (Centro vasco de matemáticas aplicadas).
Un seminario multitudinario en el que abordó la aplicación de las matemáticas en la ingeniería aerospacial. "Los cálculos matemáticos son una herramienta clave para minimizar el impacto ambiental de la aviación comercial. El objetivo es entender, a través de la matemática porqué se genera el consumo de combustible o cuáles son factores que inciden en la creación del ruido en el entorno de los aeropuertos".
Un conocimiento que Alonso cree "fundamental" para poder contribuir a "reducir" la emisión de gases invernaderos y CO2 de las aeronaves.
"En el año 2025 el volumen aéreo se multiplicará por cuatro y la tendencia del sector es reducir a la mínima expresión el impacto de estos gases nocivos en el entorno de los aeropuertos".
Otro de los ejes de su labor investigadora se centra en el ámbito de la órbita espacial y el diseño de los cohetes espaciales.
En este área el equipo que este madrileño dirige se centra en la "modelización de los sistema de propulsión de aeronaves espaciales". "Empleamos modelos virtuales, basados en cálculos matemáticos, que sirven para predecir el rendimiento de la aeronave".
"En el futuro servirá para que los ciudadanos puedan viajar al espacio y visitar estaciones espaciales", evoca. "Es un sueño que parece lejano pero son las matemáticas aplicadas las que pueden hacerlo realidad".
En su visita a Bilbao, Alonso destacó la labor de la BCAM en el "desarrollo de las matemáticas aplicadas a diversos campos científicos". "Lleva tres años trabajando en investigaciones que abarcan desde la mecánica de fluidos a la biología a los cálculos estructurales y ciencias ambientales", destaca.
Una labor meritoria que, a juicio de Alonso, debe ir acompañada de una "estrecha colaboración con la industria local vasca". "El objetivo del centro debe ser hacer que Euskadi sea tan competitiva como lo son otros países para que la conviertan en una zona empresarial puntera en Europa y todo el mundo".
Para el científico el País vasco se encuentra entre las comunidades autónomas más innovadoras y aboga porque las instituciones apuesten «decididamente por invertir en I+D+i porque en momentos de crisis es lo que hace mantenerse o desaparecer a las empresas», concluye.
Patxi Arostegi | Bilbao
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