El
pasado día 24 de abril falleció en Santa Cruz de Tenerife Nacere Hayek
Calil, ciudad en la que había nacido en el año 1922. Es de justicia que,
aunque brevemente recordáramos al eminente catedrático de Matemáticas
que fue de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la Laguna, no
solo por la cantidad de estudiantes grancanarios a los que impartió
clases, sino por haber sido uno de los tres catedráticos que se pusieron
al frente de los estudios de ingeniería y arquitectura, cuando se
establecieron en Las Palmas en el curso 1968-69, dependientes de la
Universidad de La Laguna por O.M. de 9 de marzo de 1968
Nácere Hayek estuvo trabajando hasta la tarde antes de su
fallecimiento, a los 89 años. El profesor de la
Universidad de La Laguna mantuvo hasta el último momento la pasión por
su profesión, pero a los que lo conocían tampoco les sorprendió.
Familiares, amigos, compañeros y alumnos vieron como el profesor emérito
lagunero tuvo "el empuje" y "la fuerza" necesaria para sentar las
bases de los estudios de matemáticas en Canarias.
Así lo
recuerdan los docentes de esta titulación en la ULL, Fernando Pérez y
Juan Trujillo, quienes destacan de Hayek su labor al frente de la
Facultad de Matemáticas. Al terminar sus doctorado en la Universidad de
Barcelona, con calificación cum laude, volvió a su tierra natal y en
Canarias se dedicó a la enseñanza: en el instituto Cabrera Pinto y en
los estudios universitario de Ciencias en Las Palmas de Gran Canaria,
por aquel entonces aún arrancando.
Tal era su afán por dotar al
Archipiélago de una base en estudios matemáticos, que fundo la Facultad
en La Laguna y fue su primer decano. "Abrió nuevas líneas de
investigación, no solo propias sino también a sus alumnos y además se
encargó de toda una labor de gestión importante para colocar las
Matemáticas en las Islas", resumió el que fuera también alumno suyo Juan
Trujillo.
Premio Canarias de la Investigación y Medalla de Oro
de la Universidad de La Laguna, Nácere Hayek se ganó el cariño de sus
compañeros y alumnos por su cordialidad y su humanidad. "Era una
persona sensible ante todo, inteligente, bondadoso y un caballero",
define Trujillo, quien asegura que si el profesor Hayek hubiera querido,
"también habría sido un gran humanista". "Le gustaba mucho leer y
escribir, que además lo hacía muy bien", añade el profesor.
Su
gran memoria y su capacidad de análisis convirtieron a Nácere Hayek en
un gran matemático, pero su fortaleza y su confianza en su misma
hicieron de él una persona querida. Su vida fue una ecuación en la que
seguir trabajando.
El
prof. Nacere como se le conocía, acababa de conseguir una plaza de
Catedrático en la Universidad de Sevilla y se desplazó en comisión de
servicios a la Universidad de Laguna, encomendándole el Rector dirigir
los comienzos de los estudios superiores antes mencionados y que fueron
la semilla, junto a los Centros de grado medio de las Islas, de la
Universidad Politécnica primero y de la actual Institución Académica
(ULPGC).
No olvidar que durante su estancia en Las
Palmas se relacionó activamente con miembros de nuestra sociedad,
contando con la colaboración de matemáticos que ejercían como profesores
de distintos centros de enseñanza como Don Juan Pulido y Don Manuel
Hernández, entre otros. Durante su año de estancia dejó muy buen
recuerdo entre quienes lo conocieron, tanto por su grandeza humana y
carácter afable como por su dedicación profesional y magistrales clases.
En
1969 se traslada a la Universidad de La Laguna, donde ha permanecido
hasta el final de sus días como profesor emérito de dicha institución,
que le concedió su medalla de oro en 1988. Recibió el Premio Canarias de
Investigación en 1999. Después de su jubilación en 1987, continuó su
relación con la sociedad canaria a través de la Academia Canaria de las
Ciencias, de la que fue cofundador y presidente. Este hecho le hacia
desplazarse por todas las Islas para divulgar el conocimiento de las
Ciencias y la Tecnología. Por ello, también engrandeció el papel de la
Academia, como institución que acoge a científicos de prestigio para
difundir el conocimiento, bien oralmente, o bien a través de la
publicación anual de numerosos artículos, recogidos en diversas
secciones según la especialidad. D.E.P.
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